El acceso radial es el preferido en pacientes cursando un síndrome coronario agudo. Comparado con el acceso femoral, tiene una mayor capacidad de reducir la muerte por cualquier causa, complicaciones vasculares y sangrado mayor.
La oclusión de la arteria radial es la complicación vascular más frecuente de este acceso, aunque raramente se asocia a consecuencias clínicas por isquemia dada la doble circulación en la mano por la arteria cubital. Sin embargo, su oclusión es un problema en el caso de necesitar nuevos cateterismos, utilizar la arteria como puente coronario o requerir un acceso para diálisis.
Un meta-análisis de 66 estudios mostró que la tasa de oclusión de la arteria radial es del 11% con introductores de 6 Fr vs 2% con 5Fr. La tasa de oclusión baja del 7.7% al 5.5% luego de una semana del procedimiento gracias a la recanalización espontánea. El mismo estudio mostró que la tasa de oclusión es menor en las angioplastias que en los estudios diagnósticos (4.5% vs. 8.8%; p<0.001), probablemente debido al uso rutinario de antiagregación plaquetaria y dosis más altas de anticoagulantes.
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Con esto, el SCAI sugiere algunas medidas farmacológicas y no farmacológicas para evitar la oclusión:
- Una dosis de 5000 UI de heparina no fraccionada (tanto intra arterial por el introductor como endovenosa) es efectiva en prevenir la oclusión radial. La bivalirudina mostró un efecto similar. En el caso de pacientes muy obesos considerar dosis de 50 UI/kg.
- Prevenir el espasmo con nitroglicerina y un bloqueante de los canales de calcio como el verapamilo administrados intra-arteriales. Luego del procedimiento y antes de sacar el introductor, una dosis adicional de nitroglicerina redujo la incidencia de oclusión comparado con el placebo.
- Minimizar la relación entre el tamaño del introductor y el tamaño de la arteria. Evaluar ambas radiales y elegir la de mayor calibre.
- El uso de ultrasonido para guiar la punción disminuye el número de intentos y el trauma en la pared vascular, aunque esta medida está lejos de la práctica clínica diaria de la mayoría de los laboratorios.
- Comprimir para conseguir la hemostasia pero sin llegar a ocluir la arteria. Conservar el flujo anterógrado manteniendo la hemostasia disminuye la tasa de oclusión aguda (12% vs 5%; p<0.05) y la oclusión a largo plazo (7% vs 1.8%; p<0.05).
- Se puede considerar comprimir simultáneamente la arteria cubital ipsilateral para mejorar el flujo anterógrado radial.
- Una compresión de unos 30 minutos para estudios diagnósticos y de 90 a 120 minutos en procedimientos terapéuticos es suficiente para conseguir la hemostasia.
Conclusión
Las maniobras más importantes para conservar permeable la arteria radial luego de un cateterismo son: la anticoagulación durante el procedimiento, reducir el tiempo de compresión al mínimo indispensable, utilizar el introductor de menor diámetro posible de acuerdo al procedimiento y realizar la hemostasia manteniendo el flujo anterógrado.
Título original: Radial Artery Occlusion After Transradial Cardiac Catheterization: Tips on Prevention and Management.
Referencia: Sridevi R. Pitta et al. SCAI’s January 2018 Quality Improvement Toolkit (QIT) Tip.
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