Título original: Transcatheter Aortic Valve Implantation for Pure Severe Native Aortic Valve Regurgitation. Referencia: David A. Roy et al. J Am Coll Cardiol 2013. Article in press.
El reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI) se ha convertido en un tratamiento estándar para los pacientes (ptes) con estenosis aórtica severa y alto riesgo quirúrgico.
Sin embargo para aquellos ptes que presentan insuficiencia aórtica pura (insuficiencia sin estenosis asociada) nada ha sido publicado aún. Este es un registro mundial voluntario que incluyó 43 ptes con insuficiencia aórtica pura tratados con TAVI utilizando la válvula Core Valve (Medtronic, Minneapolis, Minnesota). Todos los ptes fueron rechazados de tratamiento quirúrgico con un Euroscore logístico medio de 26.9±17.9%.
La medida media del anillo aórtico fue de 24±2.3 mm y la válvula más frecuentemente utilizada fue la n° 29. En 42 de los 43 ptes fue posible implantar la válvula (97.7%) con 8 ptes que requirieron una segunda válvula (18.6%) por insuficiencia aórtica residual. Todos los ptes que necesitaron una segunda válvula tenían ausencia de calcio en el anillo (p=0.014). Post implante presentaron una insuficiencia aórtica grado I o menor 34 ptes (79.1%). La muerte de cualquier causa al año fue del 21.4%.
Conclusión
Este estudio demuestra la factibilidad y potenciales dificultades de tratar pacientes con insuficiencia aórtica pura descartados de cirugía mediante el implante de válvula aórtica percutánea con prótesis Core Valve. Las posibilidades de que a pesar del implante persista una insuficiencia aórtica significativa o que se necesite más de una válvula deben ser consideradas antes de tomar la decisión.
Comentario editorial
La frecuente ausencia de calcio que sirva como guía hace más desafiante el implante en estos pacientes comparado con aquellos que presentan estenosis y habitualmente una grosera calcificación del anillo. En el caso de quedar con insuficiencia aórtica significativa luego de la liberación es poco probable (en ausencia de calcio) que la post dilatación mejore la situación lo que nos deja como única opción el implante de una segunda válvula. El peor pronóstico fue para los pacientes con insuficiencia aórtica y dilatación aneurismática de la aorta ascendente (3 de 4 fallecieron a los 6 meses). Esto sugiere (a pesar del escaso número de pacientes) que el TAVI no altera el curso de la enfermedad cuando la insuficiencia se asocia a dilatación de la raíz.
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