El Dr Metzler y sus colaboradores realizaron una búsqueda retrospectiva para conocer el impacto de la pandemia por COVID-19 sobre el diagnóstico y tratamiento de los síndromes coronarios agudos durante el mes de marzo 2020 en Austria. Básicamente, intentaron ponerle números al daño colateral que todos nos imaginamos pero que ningún gobierno informa.
Durante el mes de marzo se observó una caída significativa en el número de pacientes admitidos a los servicios de emergencias por un síndrome coronario agudo. Esta caída es de casi el 40% y es aún más marcada en los síndromes coronarios agudos sin supradesnivel del ST.
Dicha caída fue inesperada para los autores, que especulaban con un aumento de casos, tal como se ha visto en el contexto de otras infecciones virales, desastres naturales o crisis financieras profundas. Para el COVID-19 podríamos decir que es una combinación de todas.
Las medidas rigurosas de salud pública que indiscutiblemente ayudaron y siguen ayudando a controlar la pandemia pueden haber afectado de manera no intencional la atención de otras enfermedades.
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Los síntomas de un síndrome coronario agudo como disnea y malestar en el pecho pueden haber sido confundidas como infecciones respiratorias agudas.
Además, las estrictas instrucciones de reclusión en el hogar y el miedo al contagio pueden haber hecho que muchos pacientes permanezcan en el domicilio a pesar de estar manifestando síntomas claros.
Más allá de las posibles razones y especulaciones, el menor número de pacientes que reciben una estrategia de revascularización se va a traducir en un aumento de la mortalidad cardiovascular precoz y tardía. Estos son los muertos que no van a aparecer en los informes sobre la pandemia.
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Comparando con iguales períodos de tiempo pero anteriores a la pandemia, y con una mortalidad por infarto equivalente a la reportada en 1950 cuando no teníamos nada que ofrecer (la misma mortalidad que debería tener un paciente que cursa su infarto en el domicilio) se puede teorizar que ocurrieron unas 110 muertes durante el mes de marzo para una población de 8.8 millones de habitantes como la de Austria.
El gobierno de Austria informó 86 muertos por coronavirus en ese mismo mes. Los daños colaterales del virus pueden ser aún peores que el virus en si.
Título original: Decline of acute coronary syndrome admissions in Austria since the outbreak of COVID-19: the pandemic response causes cardiac collateral damage.
Referencia: Bernhard Metzler et al. European Heart Journal (2020) 41, 1852–1853. doi:10.1093/eurheartj/ehaa314.
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