Título original: Long-term outcomes of fractional flow reserve-guided vs. angiography-guided percutaneous coronary intervention in contemporary practice. Referencia: Li J et al. Eur Heart J. 2013; Epub ahead of print
La precisión de la reserva fraccional de flujo (FFR) para estimar el compromiso funcional de una estenosis coronaria y su capacidad de reducir eventos al decidir la ATC en base a su resultado ya ha sido establecida en trabajos randomizados.
Sin embargo, en la práctica clínica diaria la utilización del FFR no es protocolar, quedando a criterio del operador su utilización de acuerdo a los hallazgos angiográficos al igual que la decisión de ATC una vez realizada la medición. Esta utilización selectiva podría tener resultados diferentes a los estudios randomizados.
Este registro realizado en la Clínica Mayo entre el 2002 y el 2009 incluyó 7358 pacientes consecutivos (ptes) a los que se les realizó ATC en ese período. De estos, en 6268 ptes (85.2%) la ATC fue guiada por angiografía solamente y en los restantes 1090 ptes (14.8%) se realizó FFR. En general un FFR <0,75 fue indicación de ATC y quedó a criterio del operador con mediciones entre 0.75 y 0.80.
Luego de ajustar las características basales, en el seguimiento a 4 años se observó una tendencia a menor muerte e infarto con la utilización de FFR (RR 0.85, 95% IC: 0.71-1.01, p=0.06).
Sin embargo al excluir a los ptes con mediciones entre 0.75 y 0.8 la incidencia de muerte e infarto si resultó significativamente menor en el grupo FFR (RR 0.8, 95% IC: 0.66-0.96, p=0.02). No realizar la angioplastia luego de medir el FFR disminuyó significativamente tanto el riesgo de infarto (p=0.004) como la combinación de muerte/infarto (p=0.02).
Conclusión
En este registro de la práctica diaria se observó una evolución favorable a largo plazo con la utilización de la reserva fraccional de flujo para guiar la realización o no de una angioplastia coronaria.
Comentario editorial
Otros trabajos ha mostrado que el FFR de rutina modifica la conducta en el 32% de la lesiones y en el 48% de los pacientes comparado con la angiografía sola por lo que su uso solamente para las lesiones intermedias por angiografía (como habitualmente se observa en la práctica diaria) podría disminuir su beneficio potencial. La razón de realizar un análisis excluyendo a los pacientes con mediciones entre 0.75 y 0.8 se debió a que al 40% de ellos no se les realizó finalmente la ATC y hoy está más claro que el corte debería ser en 0.8 (tener en cuenta que la mayoría de los ptes se incluyeron previo a la publicación del estudio FAME). Excluyendo a estos pacientes el beneficio se hace significativo y los resultados se parecen más a los del FAME. El estudio también nos muestra la seguridad a largo plazo de no tratar las lesiones con FFR no significativo, de hecho esto resultó en una disminución de eventos.
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