Título original: Impact of chronic kidney disease on the outcome of transcatheter aortic valve implantation: results from the FRANCE 2 Registry. Referencia: Atsushi Oguri, et al. EuroIntervention 2015;10:e1-9
Globalmente el 13% de los pacientes presentan deterioro de la función renal, esto se ha asociado a una peor evolución no solo en el reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI) sino también en todas las intervenciones cardiovasculares. La mayoría de los trabajos, incluidos el PARTNER I y II, CoreValve US Pivotal y SURTAVI han excluido a los pacientes con bajo filtrado glomerular.
Se calculó el filtrado glomerular de 2929 pacientes que recibieron TAVI utilizando la ecuación de MDRD. Se unificó el grado de enfermedad crónica renal 1 y 2 que sumaron un total de 1386 pacientes, grado 3a 711 pacientes, grado 3b 547 pacientes, grado 4 189 pacientes y grado 5 96 pacientes.
Más de la mitad de los pacientes de esta serie presentaron un filtrado glomerular <60 ml (enfermedad renal grado 3 o mayor). La disminución de la función renal se asoció a enfermedad vascular periférica, diabetes, hipertensión y tabaquismo. Los que tenían un filtrado glomerular más bajo presentaron más insuficiencia cardíaca CF III-IV, cirugía cardíaca previa, mayor puntaje de EuroSCORE log y STS, menor fracción de eyección y más insuficiencia mitral.
El acceso más frecuente fue el femoral y la válvula de Edwards se utilizó en el 66% de los pacientes. El éxito del procedimiento fue menor en los que presentaban enfermedad renal grado 4 o 5, además de tener mayor tiempo de internación, mayor incidencia de sangrado y taponamiento cardíaco.
La mortalidad a 30 días en el grupo con enfermedad renal 1 y 2 fue del 6.4% y en el grupo 3a de 6.8%, de ahí en adelante se observó un aumento significativo de la mortalidad con la progresión de la enfermedad renal alcanzando en el grupo 3b una mortalidad del 9.4%, en el grupo 4 del 15.9% y en el grupo 5 del 24.2%.
Algo similar se observó con la mortalidad al año que alcanzó en la combinación de los grupos 1 y 2 el 19.4%, en el grupo 3a 18.8%, grupo 3b 25%, grupo 4 42% y en el grupo 5 el 39.9%.
Resultaron predictores independientes de mortalidad la enfermedad renal grados 4 y 5, el acceso transapical, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la insuficiencia cardíaca CF III-IV y el deterioro de la fracción de eyección.
Conclusión:
La clasificación de la enfermedad renal crónica en los pacientes que reciben TAVI permite estratificar la mortalidad a 30 días y un año, correlacionándose con una peor evolución los que presentan enfermedad renal estadio 3b, 4 y 5.
Comentario
Este análisis del mundo real nos pone de manifiesto que el deterioro de la función renal impacta directamente en la evolución temprana y al año.
Esto quizás se debería utilizar junto con otros predictores para intentar optimizar el tratamiento médico post implante y ver si se puede mejorar la sobrevida.
Gentileza del Dr. Carlos Fava
Cardiólogo Intervencionista
Fundación Favaloro – Argentina
Carlos Fava