Un nuevo estudio encontró que reducir la duración del sueño durante dos noches consecutivas conduce a una función vascular menos saludable y alteración del control de la respiración.
Los investigadores trabajaron con ocho voluntarios adultos sanos de entre 20 a 35 años y para las dos primeras noches de estudio, hicieron que los participantes durmieran una noche de ocho horas y, a partir de ahí, en lugar de restringir el sueño por completo, les hicieron dormir sólo cuatro horas en cada una de las tres noches consecutivas.
Después de las dos primeras noches de sueño restringido, los investigadores encontraron una reducción significativa de la función vascular en comparación con la de tras las noches de sueño normal. Sin embargo, después de la tercera noche de restricción del sueño, la función vascular regresó a la línea base, posiblemente una respuesta de adaptación a la pérdida aguda del sueño.
Los resultados podrían sugerir un mecanismo detrás de la relación entre la falta de sueño y la enfermedad cardiovascular. Si la pérdida aguda del sueño se produce repetidamente durante un largo período de tiempo, entonces la salud vascular podría estar aún más comprometida y, finalmente, mediar en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular.
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