Recomendar hábitos saludables está en todas las guías de la práctica clínica y los cardiólogos de a poco las fuimos incorporando.
Ahora bien, los pacientes en general hacen su consulta cuando ya han manifestado algún tipo de problema en su salud. Por lo tanto, ¿qué pasaría si estas recomendaciones alcanzaran a las personas en una etapa más temprana de su vida? ¿Cabe la posibilidad que de este modo nunca llegaran a convertirse en pacientes?
La idea es lógica, pero había que probarla a largo plazo para saber si el cambio de hábitos era sostenido en el tiempo y si eran necesarias re-intervenciones.
Por eso, en este estudio se testeó el impacto a largo plazo de la promoción de hábitos saludables en una población urbana de bajos recursos de Colombia en edad preescolar (fase 1). De modo adicional, se midieron los efectos de dicha promoción en una nueva comunidad (fase 2).
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En la fase 1 se realizó un análisis del conocimiento, actitudes, hábitos saludables y score de salud cardiovascular ideal en 1216 niños. De estos, 596 habían recibido previamente recomendaciones sobre hábitos saludables entre los 3 y los 5 años. Los restantes 620 no habían recibido ninguna intervención previa.
Durante la fase 2 todos los niños fueron randomizados 1:1 a recibir 4 meses de intervención adicional (the SI! Program) o a ninguna otra intervención (grupo control).
El end point primario fueron los cambios en los hábitos saludables y el score de salud cardiovascular ideal.
Durante la fase 1 aproximadamente el 85% de los niños no tenían hábitos saludables. Aquellos que habían recibido la intervención previa entre los 3 y los 5 años tenían un efecto residual prácticamente despreciable comparado con los que la recibieron por primera vez entre los 9 y los 13 años.
Durante la fase 2 no se observó diferencia entre el grupo que recibió los 4 meses de intervención adicional y el grupo control.
Mas allá de lo anterior, sí se observó un efecto dosis/respuesta. El máximo beneficio lo tuvieron los niños que recibieron más del 75% del programa de intervención.
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La diferencia en los cambios de hábitos entre los que mostraron alta y baja aadherencia fue de 3.72 puntos (p<0.001).
Conclusión
Si bien no se observaron diferencias significativas entre el grupo intervención y el grupo control, la alta adherencia a los programas de intervención podría mejorar la futura salud cardiovascular.
Las estrategia de re-intervención puede ser requerida en varias etapas de la vida para conseguir un efecto sostenido.
Título original: Sustainability of and Adherence to Preschool Health Promotion Among Children 9 to 13 Years Old.
Referencia: Rodrigo Fernández-Jiménez et al. J Am Coll Cardiol 2020;75:1565–78.
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