El estudio REVIVED-BCI2 incluyó 700 pacientes con fracción de eyección ≤35% con enfermedad coronaria extensa pasible de ATC.
Los pacientes fueron randomizados a ATC más tratamiento médico óptimo y completos (OMT) según las guías actuales o a OMT.
Fueron asignados 347 pacientes a recibir ATC y 353 a OMT.
El punto final primario fue muerte de cualquier causa e internación por insuficiencia cardíaca.
No hubo diferencia en las poblaciones.
A los 41 meses de seguimiento no hubo diferencia en el PFP (ATC 37.2% vs OMT 38%). Tampoco hubo diferencia en los componentes del PFP. Tampoco se observó diferencia en la presencia de IAM.
La necesidad de revascularizaciones no planeadas y la isquemia miocárdica fueron más frecuentes en los que recibieron OMT.
La fracción de eyección a dos años fue del 27% a 6 y 12 meses sin haber diferencia entre las dos estrategias.
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La calidad de vida, medida mediante el cuestionario Kansas City Cardiomyopathy Questionnaire (KCCQ), fue superior en los que recibieron ATC a 6 meses pero sin diferencia a 2 años.
La conclusión de este estudio fue que en los pacientes con disfunción ventricular severa que recibieron tratamiento médico óptimo a dosis máximas toleradas, la revascularización con ATC no resultó en menor incidencia de muerte de cualquier causa u hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca.
Dr. Carlos Fava.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.
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