Alrededor del 4% de la población adulta presenta insuficiencia tricuspídea (IT), una condición que puede progresar a insuficiencia severa o mayor, asociándose con hospitalizaciones y mayor mortalidad.
Actualmente, el tratamiento farmacológico para la IT es limitado, y la cirugía sigue siendo la opción terapéutica de elección. Sin embargo, en pacientes no aptos para cirugía, el tratamiento percutáneo, especialmente la técnica de reparación borde a borde, que es la más estudiada, se presenta como una alternativa válida. Esta técnica ha demostrado mejorar la clase funcional, la calidad de vida y reducir las hospitalizaciones.
Se llevó a cabo un análisis del estudio TriStar, que incluyó a 96 pacientes con IT severa (≥4+), funcional y sintomática, que no respondieron al tratamiento médico óptimo.
El punto final primario (PFP) a 30 días fue la tasa de eventos adversos mayores (MAEs, por sus siglas en inglés), compuesta por muerte de cualquier causa, stroke, infarto, insuficiencia renal aguda que requiriera diálisis, sangrado, conversión a cirugía, perforación, estenosis ≥50% de la arteria coronaria derecha, necesidad de marcapasos definitivo, hospitalización por insuficiencia cardíaca, complicaciones vasculares y endocarditis infecciosa.
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La edad promedio de los pacientes fue de 72 años, con 57 mujeres incluidas en el estudio. El puntaje promedio en el TriScore fue 6, y la mayoría de los pacientes se encontraban en clase funcional III-IV. Entre las características clínicas, 8 pacientes presentaban ascitis, 57 tenían edemas periféricos, 48 habían recibido previamente cirugía o intervención percutánea valvular izquierda, y 7 habían sido sometidos a angioplastia coronaria (ATC). Solo 1 paciente era portador de un marcapasos, mientras que 47 tenían hipertensión, 14 diabetes, 85 fibrilación auricular, 16 antecedentes de accidente cerebrovascular, 11 insuficiencia renal y 11 enfermedad vascular periférica.
Resultados del sistema K-Clip: Tratamiento percutáneo de la insuficiencia tricuspídea
El éxito del implante del dispositivo se logró en 94 pacientes.
El PFP fue del 9.4%, 11.5% y 19.8% a los 30 días, 6 meses y 12 meses, respectivamente. Ningún paciente presentó mortalidad cardíaca, infarto, accidente cerebrovascular, endocarditis infecciosa, insuficiencia renal aguda que requiriera diálisis, compromiso de la arteria coronaria derecha, reintervención ni necesidad de cirugía.
La rehospitalización por insuficiencia cardíaca fue del 1% a los 30 días y del 9.4% al año, lo que representó una reducción significativa del 64% en comparación con las hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca del año previo. La mortalidad por cualquier causa al año fue del 5.2%.
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Se observó una reducción sostenida de la insuficiencia tricuspídea (IT) al año, incluyendo una disminución significativa del área de la vena contracta.
Además, se evidenció una mejora en la clase funcional y en la calidad de vida, resultados que se mantuvieron al cabo de un año.
Conclusión. Insuficiencia tricuspídea severa: beneficios clínicos del K-Clip en pacientes no aptos para cirugía
El sistema transcatéter de anuloplastia tricuspídea K-Clip demostró un alto índice de éxito en el procedimiento, un perfil de seguridad favorable, una reducción sostenida de la insuficiencia tricuspídea y una notable mejoría clínica y funcional al año.
Título Original: Mid-Term Outcomes of K-Clip Transcatheter Tricuspid Annuloplasty System in Patients With Severe Functional Tricuspid Regurgitation.
Referencia: Hongfei Xu, et al. JACC Cardiovasc Interv. 2024;17:2796–2807.
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