Aunque el cierre percutáneo de la orejuela izquierda es, en general, un procedimiento seguro, la embolización del dispositivo —con una incidencia global del 0–1,5%— sigue siendo una complicación de relevancia clínica. Esta revisión sintetiza la evidencia actual sobre los dispositivos más utilizados (Watchman FLX, Amplatzer Amulet y LAmbre), analiza los factores anatómicos y técnicos que incrementan el riesgo de migración y detalla las estrategias preventivas y terapéuticas más efectivas para su manejo.

El punto final primario evaluado es la incidencia de embolización reportada en estudios y registros internacionales. Los secundarios incluyen los predictores anatómicos, el momento de aparición, la localización de la migración, la tasa de éxito del rescate percutáneo, la necesidad de cirugía y los resultados clínicos asociados.
Los dispositivos actuales registran tasas muy bajas de embolización. El Watchman FLX mostró una incidencia de 0–0,9%, con un riesgo significativamente menor respecto al modelo previo (OR 0,35; IC95% 0,18–0,70; p < 0,02). Registros como PINNACLE FLX y SURPASS FLX informaron tasas de 0% y 0,04%, respectivamente. El Amplatzer Amulet presentó incidencias de 0,6–0,9%, mientras que el LAmbre reportó prácticamente 0% en la mayoría de las series, salvo un 1,7% observado en un centro que realizaba procedimientos sin contraste. Además, los estudios evidencian que los centros de alto volumen presentan menores tasas de embolización (0,6% vs 1,5% en centros de bajo volumen).
Entre los predictores de migración se destacan las orejuelas tipo cactus, los cuellos amplios, la escasa profundidad y los cambios de ritmo que modifican la anatomía del ostium (fibrilación auricular vs ritmo sinusal). El registro NCDR LAAO observó mayor número de embolizaciones tardías en pacientes en ritmo sinusal al momento del implante, probablemente por una infraestimación del tamaño de la orejuela. La mayoría de los eventos se producen dentro de las primeras 24 horas, con excepción de las migraciones a arterias periféricas (>45 días). Las localizaciones más frecuentes son la aorta (37%), el ventrículo izquierdo (33,3%), la aurícula izquierda (24,3%) y los vasos periféricos (4,6%). La migración al ventrículo izquierdo es la de peor pronóstico y requiere cirugía en el 44,4% de los casos.
Las estrategias preventivas más efectivas incluyen una planificación adecuada con ecocardiografía transesofágica tridimensional o tomografía computarizada cardíaca, la selección precisa del tamaño mediante los criterios PASS (Watchman) y CLOSE (Amulet), el uso combinado de fluoroscopia y ecocardiografía transesofágica durante el procedimiento, evitar implantes en aurículas colapsadas (<12 mmHg) y confirmar la posición del dispositivo con un ecocardiograma antes del alta.
El manejo inicial recomendado para el rescate es percutáneo, con una tasa de éxito cercana a dos tercios de los pacientes. La cirugía queda reservada para los casos de fracaso del primer intento, inestabilidad hemodinámica o daño valvular severo. Un primer intento fallido incrementa la mortalidad del 2,9% al 21,4%, lo que subraya la importancia de contar con operadores experimentados. En pacientes estables con dispositivos alojados en la aorta descendente, puede considerarse el manejo conservador.
Conclusión
En síntesis, aunque infrecuente, la embolización del dispositivo constituye una complicación grave. Su incidencia ronda el 1%, sin diferencias significativas entre los dispositivos modernos. La planificación detallada, la correcta selección del tamaño y la experiencia del operador continúan siendo fundamentales. Los avances en diseño y en técnicas de rescate siguen mejorando la seguridad de este procedimiento en constante expansión.
Título Original: Embolization of left atrial appendage occluders: review of the current evidence.
Referencia: Miguel A. Martín-Arena, et al. REC Interventional Cardiology, 2025.
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