La población de personas mayores de 75 años está experimentando un aumento gradual, lo que conlleva un incremento en la incidencia de infarto agudo de miocardio (IAM) en este grupo. Como bien sabemos, es común que en el IAM se presenten lesiones en múltiples vasos.
Se ha demostrado que en pacientes más jóvenes, la revascularización completa es beneficiosa en comparación con la simple resolución del vaso culpable. Sin embargo, esta cuestión no ha sido exhaustivamente analizada en pacientes mayores, y carecemos de información de grandes estudios aleatorizados al respecto.
El FIRE Trial es un estudio prospectivo aleatorizado diseñado para evaluar la estrategia de revascularización completa guiada por fisiología frente a la revascularización del vaso culpable en pacientes de 75 años o más con infarto agudo de miocardio de tipo STEMI o NSTEMI. Se incluyeron un total de 725 pacientes sometidos a revascularización del vaso culpable (RVC) y 720 pacientes sometidos a revascularización completa guiada por fisiología (RCGF).
El punto final primario (PFP) del estudio consistió en un compuesto que incluía muerte, infarto, stroke o revascularización guiada por isquemia en el plazo de un año a partir de la randomización.
Los dos grupos de pacientes eran bastante similares en cuanto a características. La edad promedio fue de 80 años, con un 36.5% de mujeres. Además, el 82% tenía hipertensión, el 32% diabetes, el 15% había tenido un infarto previo, el 18% se había sometido a una angioplastia coronaria, el 14% presentaba fibrilación auricular, el 17% tenía enfermedad periférica, el 8% había sufrido un accidente cerebrovascular, y el 46% tenía algún grado de deterioro en la función renal.
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El 65% de los pacientes había sufrido un NSTEMI (infarto de miocardio sin elevación del segmento ST), el 28% tenía un índice de Killip-Kimball (KK) mayor o igual a 2, y la fracción de eyección promedio era del 49%.
La arteria descendente anterior fue la más afectada (45%), seguida de la arteria coronaria derecha y la arteria circunfleja. La afectación del tronco de la arteria coronaria izquierda fue poco frecuente. Además, el 30% de los pacientes recibió dos o más stents durante el procedimiento.
La duración de la estancia hospitalaria fue ligeramente mayor en el grupo que recibió revascularización completa, aunque esta diferencia no alcanzó significación estadística.
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El PFP fue menor en el grupo que recibió RCGF (15.7% frente al 21%; hazard ratio, 0.73; intervalo de confianza del 95% [CI], 0.57 a 0.93; P = 0.01). El número necesario para prevenir un evento del PFP fue de 19 pacientes. No se observaron diferencias significativas en términos de muerte cardiovascular o infarto por separado (8.9% frente al 13.5%; hazard ratio, 0.64; CI del 95%, 0.47 a 0.88). Tampoco se encontraron diferencias en cuanto a accidente cerebrovascular, sangrado o insuficiencia renal.
Conclusión
En conclusión, en pacientes de 75 años o más con infarto de miocardio y lesiones en múltiples vasos, aquellos que recibieron revascularización completa guiada por fisiología presentaron un menor riesgo de experimentar el compuesto de muerte, infarto de miocardio, stroke o revascularización en el plazo de un año en comparación con aquellos que únicamente se sometieron a angioplastia coronaria del vaso culpable.
Dr. Carlos Fava.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.
Título Original: Complete or Culprit-Only PCI in Older Patients with Myocardial Infarction.
Referencia: S. Biscaglia, et al. N Engl J Med 2023;389:889-98.
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