Según este trabajo realizado en un solo centro y publicado en J Am Coll Cardiol Intv los cardiólogos intervencionistas pueden realizar en forma segura y con un alto éxito técnico y clínico la revascularización de los strokes agudos. Este avance de los cardiólogos sobre los neurólogos intervencionistas se debe simplemente a la escasez de los segundos, con la consiguiente imposibilidad de cubrir los 365 días del año las 24 horas.
Sin embargo, hay costos encubiertos en esto. Los cardiólogos, aunque tengan mucha experiencia y gran habilidad técnica, poco saben de la anatomía intracerebral, de tomografía, de resonancia, de clínica y sobre todo del manejo de complicaciones catastróficas como un sangrado intracerebral.
No debería haber atajos en el entrenamiento y pensar que cualquier territorio vascular es similar a otro es un gran error.
Teniendo en cuenta que la intervención en el stroke agudo no ha logrado mejorar la mortalidad sino solo la discapacidad (end point mucho más blando) y que una complicación como el sangrado intracerebral puede llegar a tener hasta el 70% de mortalidad, es fácil imaginar que un pequeño aumento en las complicaciones puede traducirse en un peor pronóstico que la evolución natural.
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Entre 2012 y 2018 se incluyeron 70 pacientes consecutivos que recibieron intervención para un stroke agudo debido a la oclusión de un vaso grande. El 61% de los pacientes recibió fibrinolíticos luego del estudio de imágenes basal.
El tiempo medio entre el inicio de los síntomas y la entrada a la sala de cateterismos fue de 138 minutos, con un tiempo puerta/acceso vascular de 64 minutos.
Lo mejor de este trabajo (muy difícil de reproducir por un equipo de neurólogos intervencionistas) fueron los tan solo 13 minutos que necesitaron entre la activación del equipo de intervencionistas y estar listos para recibir al paciente. Sin dudas la experiencia y la organización en los infartos agudos de miocardio surtió efecto.
En la mayoría de los pacientes se realizó trombectomía con el sistema de stent retirable. También se utilizó trombo-aspiración o una combinación de ambos.
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La recanalización fue técnicamente exitosa en el 93% de los pacientes (Thrombolysis In Cerebral Infarction flow grados 2b o 3).
La mortalidad a 30 días fue del 18% y una evolución clínica favorable (escala de Rankin modificada 0 a 2) fue del 61% a 3 meses.
Conclusión
La intervención en el stroke agudo puede ser realizada en forma segura y con una alta tasa de éxito clínico y técnico por cardiólogos intervencionistas experimentados.
Título original: Acute Stroke Interventions Performed by Cardiologists Initial Experience in a Single Center.
Referencia: Marius Hornung et al. J Am Coll Cardiol Intv 2019;12:1703–10.
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