El estudio randomizado CLI-OPCI (n=670, 1:1) evaluó el impacto de guiar el implante de stent con angiografía y tomografía óptica coherencia (optical coherence tomography-OCT) versus la angioplastia solamente guiada por angiografía. Todos los pacientes luego de ser sometidos al implante de stent fueron evaluados mediante angiografía.
En el brazo OCT, luego de un óptimo resultado angiográfico, se realizó evaluación intracoronaria mediante OCT. En caso de resultado subóptimo por OCT, se indicó una intervención (post-dilatación o implante de un stent adicional).
La definición de resultado subóptimo se basó en 5 parámetros:
1) Disección en el borde >200 micrones y más larga que 600 micrones
2) Mala aposición del stent
3) Sub-expansión del stent (<90% comparado con segmento de referencia proximal y distal)
4) Presencia de trombo
5) Estenosis residual significativa (área luminar mínima intrastent
El objetivo primario del estudio se basó en la tasa combinada de muerte cardiaca o infarto no fatal a 12 meses de seguimiento. En el grupo OCT, luego de un aceptable resultado angiográfico, el uso de OCT identificó uno de los 5 parámetros en un 34,7% de los casos (e “indicando” una intervención (post-dilatación o implante de un stent adicional). A los 12 meses, la tasa combinada de muerte cardiaca e infarto fue menor en el grupo OCT (6,6 vs. 13%, p=0,006), a expensas de una menor tasa de muerte en este grupo (1,2 vs. 4,5%, p=0,01). No se observaron diferencias en las tasas de reintervención del vaso tratado y de trombosis definitiva.
Estos hallazgos sugieren: