En una gran cohorte de paciente con riesgo intermedio pero sin enfermedad cardiovascular conocida, el tratamiento con bajas dosis de estatinas más un bloqueante del receptor de angiotensina y un diurético reducen el riesgo de eventos cardiovasculares comparados con el placebo.
Estos son los hallazgos principales del HOPE 3 (Heart Outcomes Prevention Evaluation) que randomizó 12705 pacientes y se presentó en las sesiones científicas del American College of Cardiology 2016 y publicado simultáneamente en NEJM.
El trabajo testeo formalmente el concepto de “polypill” y sus efectos potenciales sobre eventos cardiovasculares duros.
Los pacientes fueron randomizados con un diseño factorial de 2 x 2 mostrando que la combinación de rosuvastatina 10 mg, candesartan 16 mg e hidroclorotiazida 12.5 mg por día resultan en una reducción absoluta del riesgo del 1.4% con respecto al placebo en un período de seguimiento medio de 5.6 años.
El beneficio del tratamiento estuvo largamente asociado a la reducción de los niveles de LDL. Cuando se analizan por separado, el tratamiento con rosuvastatina reduce el riesgo en aproximadamente un 25% comparado con el placebo, mientras que el candesartan y la hidroclorotiazida no tuvieron un impacto significativo en los resultados.
Los beneficios de bajar la tensión arterial son evidentes solo en los pacientes con los registros de tensión sistólica más altos. Para los hipertensos el beneficio es una reducción del 40% en los eventos, donde la mitad del beneficio es por las estatinas y la otra mitad por los anti hipertensivos.
En aquellos pacientes con un tensión arterial sistólica del 143.5 mmHg o menos, el beneficio fue derivado exclusivamente de las estatinas e incluso aquellos con una tensión arterial sistólica de 131.5 mmHg o menos la intervención con anti hipertensivos podría ser perjudicial.