La cantidad de centros que están iniciando programas de terapia endovascular para tratar el stroke agudo están proliferando, con un aumento significativo de casos en centros de bajo volumen. Los neurólogos intervencionistas todavía no pueden cubrir la demanda y los cardiólogos intervencionistas siempre estamos listos para aprender algo nuevo. ¿Es esto correcto? ¿Deberían involucrarse los cardiólogos intervencionistas en el tratamiento del stroke agudo? Este trabajo, que será publicado próximamente en stroke nos da algunas pistas.
Probablemente, aumentar drásticamente el número de operadores para poder atender la creciente demanda solo consiga que proliferen los centros de bajo volumen con el consiguiente costo de empeorar los resultados, al menos a corto plazo.
No se debería acortar camino en el entrenamiento y, probablemente, un cardiólogo intervencionista que esté interesado en colaborar con los neurólogos intervencionistas debería pensar en volver a hacer otro fellow.
Las chances de tener buenos resultados (definidos como ser dado de alta al domicilio con la posibilidad de valerse por sí mismo) fue significativamente mayor en los centros que realizan un gran número de trombectomías al año.
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Los hallazgos de este trabajo soportan la idea de que los resultados de los trabajos más recientes que testearon la trombectomía no son generalizables.
La comunidad de neurólogos intervencionistas ha resistido largamente la idea de que los cardiólogos se involucren. Sin embargo, ofrecen soluciones como traslados en helicóptero a centros de alto volumen o unidades de stroke móviles. La realidad de Latinoamérica y de muchos lugares del mundo está lejos de disponer de helicópteros para trasladar este tipo de pacientes.
Varios puntos deben ser tenidos en cuenta para saber qué es lo mejor. Por un lado, la terapia endovascular ha demostrado ser superior al tratamiento médico en centros de alto volumen, centros terciarios con equipos avanzados de neuroimágenes, neurocirujanos, neuro intervencionistas, unidades de cuidados críticos neurológicos y enfermería al mismo nivel.
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Por otro lado, cualquier demora o desvío en alguno de estos puntos se traduce en peores resultados, incluso peores que la evolución natural.
Este trabajo analizó 3890 pacientes tratados en el estado de Florida entre 2006 y 2016, y 42505 tratados en todos los Estados Unidos entre 2012 y 2016.
El número de procedimientos se fue incrementando a lo largo del tiempo con un gran salto en 2015 seguido de una meseta.
Mirando los datos de Florida, el 87% de los procedimientos realizados en el 2008 estuvieron concentrados en 8 centros de muy alto volumen, pero esta proporción cayó al 45% para 2016. Para el final del estudio hasta un 25% de los casos fueron realizados en centros con un volumen anual menor a 20 casos.
El problema sobre la terapia endovascular es claro, la respuesta no lo es en absoluto.
Mientras tanto los cardiólogos intervencionistas nos mantenemos al acecho, confiados en exceso en nuestra destreza manual en un territorio vascular que no conocemos.
Título original: Real-world treatment trends in endovascular stroke therapy.
Referencia: Saber H et al. Stroke. 2019; Epub ahead of print.
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