Incluso en manos de operadores experimentados, la recanalización y angioplastia de oclusiones totales crónicas resulta en una alta dosis de radiación para los pacientes y todo el equipo en la sala de cateterismos, según este registro presentado en las sesiones científicas del congreso de la AHA 2017.
Hasta un 23% de los pacientes sometidos a la recanalización de una oclusión total crónica reciben más de 5 Gy de radiación.
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El estudio identificó factores clínicos y angiográficos que pueden ayudar a saber de antemano aquellos pacientes que presentan el mayor riesgo de recibir un exceso de dosis. Estos factores incluyen un alto índice de masa corporal, cirugía de revascularización miocárdica previa, calcificación moderada a severa, ambigüedad del cap proximal y oclusiones largas.
Todos estos factores son muy lógicos y esperables. Por un lado, la mayor masa corporal requiere más dosis por parte del equipo y, por otro lado, todos los demás factores mencionados ya son conocidos como predictores de una mayor dificultad durante el procedimiento.
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Medidas como cambiar la calidad de la fluoroscopía desde el minuto cero o utilizar pantallas de protección pueden ser muy útiles en estos pacientes en los que es muy probable una alta dosis de radiación. Acordarse de editar la fluoroscopía o cambiar la proyección cuando ya pasamos los 2 Gy de dosis es definitivamente demasiado tarde.
Para tener alguna medida de las dosis de radiación en los procedimientos de recanalización realizados en la práctica contemporánea se diseñó el registro PROGRESS-CTO. El presente análisis incluye los datos de 1517 pacientes tratados en 12 centros de los Estados Unidos entre el 2012 y el 2017.
La dosis de air kerma recibida por los pacientes fue relativamente baja (menos de 2 Gy) en un 33%, intermedia (2.1 a 5.0 Gy) en el 44%, y alta (mayor a 5 Gy) en el 23%.
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La dosis media fue de 2.95 Gy y, sorprendentemente, hubo una gran variación entre los centros. De hecho, algunos hospitales llegaron a ser predictores independientes de alta dosis.
El tiempo de fluoroscopía fue de la mano con el volumen de contraste y la tasa de complicaciones, pero fue inversamente proporcional a la tasa de éxito. A pesar de los diferentes ajustes realizados, esto simplemente podría querer decir que determinados centros seleccionaron las oclusiones totales más sencillas.
Todas las preocupaciones que tenemos acerca de las dosis de radiación no deben desalentarnos a tratar oclusiones totales crónicas cuando se encuentran clínicamente indicadas.
Título original: Radiation exposure of patients during chronic total occlusion percutaneous coronary intervention. Update from a contemporary multicenter registry.
Referencia: Karacsonyi J. et al. Presented at American Heart Association 2017 Scientific Sessions.
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