Disminuir el consumo de alcohol debería estar dentro del “paquete” de recomendaciones en prevención secundaria, no solo por las arterias sino también por reducir la fibrilación auricular (FA).
Abstenerse del consumo de alcohol podría mejorar los síntomas de la arritmia y reducir la chance de recurrencia en pacientes que ya han presentado un episodio de FA.
Los consumidores regulares que fueron randomizados a abstenerse del alcohol por 6 meses presentaron menos de la mitad de las hospitalizaciones por fibrilación auricular que aquellos pacientes que continuaron consumiendo alcohol en las cantidades que habitualmente lo hacían.
El alcohol puede funcionar como gatillo de la FA y ha sido específicamente estudiado con trabajos que asociaron el consumo regular de alcohol con aumento del tamaño de la aurícula izquierda, deterioro de su función contráctil y remodelado eléctrico adverso.
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Lo que estaba menos claro era si abstenerse del alcohol podría reducir las arritmias en pacientes con antecedentes de FA. Justamente, este dato es lo que nos trae el presente trabajo publicado recientemente nada menos que en el New England Journal of Medicine.
El estudio Alcohol-AF randomizó 140 pacientes a abstinencia de alcohol vs continuar tomando las cantidades habituales que ya consumían. El grupo randomizado a abstinencia logró reducir en un 87.5% la cantidad total de alcohol que venían consumiendo (de 17 tragos por semana a solo 2 tragos). El grupo que debía continuar con las cantidades habituales también redujo un poco la cantidad (alrededor de un 20%, de 16 tragos a 13 por semana).
La recurrencia de fibrilación auricular (uno de los end point points primarios) fue significativamente menor en el grupo abstinencia vs el grupo control (53% vs 73%). Además, el tiempo a la recurrencia fue más prolongado.
Además de los beneficios en términos de la arritmia, abstenerse del alcohol se asoció a una reducción de la obesidad y menos síntomas por la arritmia.
Incluso hay datos que sugieren que la abstinencia por 6 meses podría disminuir tanto la presión sistólica como la diastólica.
Por otro lado, el alcohol no parece ser el verdadero culpable de la arritmia. La abstinencia puede reducir las recurrencias y los síntomas por un tiempo, pero de ninguna manera es una solución definitiva.
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Y existe otra verdad innegable, mantenerse completamente abstemio es muy difícil. El estudio fue planeado originalmente con un seguimiento a 12 meses, pero tuvo que ser reducido a solo 6 meses dado que los pacientes se negaban a ser reclutados si tenían que estar un año sin tomar. El 70% de los pacientes que fueron invitados a participar se negaron a ser randomizados porque consideraron que no les iba a ser posible mantenerse abstemios.
Todo esto es siempre referido al consumo regular de alcohol: no existe evidencia de que el consumo ocasional pueda prevenir eventos cardiovasculares como un episodio de fibrilación auricular.
Título original: Alcohol abstinence in drinkers with atrial fibrillation.
Referencia: Voskoboinik A et al. N Engl J Med. 2020;382:20-28.
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