Título original: Percutaneous Coronary Intervention Versus Optimal Medical Therapy for Prevention of Spontaneous Myocardial Infarction in Subjects With Stable Ischemic Heart Disease. Referencia: Sripal Bangalore et al. Circulation. 2013;127:769-781
En el contexto de una angioplastia coronaria puede ocurrir como complicación un infarto periprocedimiento sin embargo este evento no tiene la misma implicancia clínica que un infarto espontáneo.
El objetivo de este metaanálisis fue evaluar la incidencia de los diferentes tipos de infarto de miocardio en los pacientes (ptes) con cardiopatía isquémica crónica estable que recibieron angioplastia coronaria o tratamiento médico óptimo. Se incluyeron un total de 8070 ptes con angina crónica estable de 12 estudios randomizados que compararon angioplastia coronaria vs. tratamiento médico óptimo. El seguimiento medio fue de 5 años (rango 1.5-10.2 años) y solo en un pequeño grupo de la rama angioplastia recibió stents farmacológicos.
La angioplastia coronaria comparado con el tratamiento médico se asoció con una reducción significativa del 24% (RR=0.76; 95% IC, 0.58–0.99) en la incidencia de infarto agudo de miocardio espontáneo (infarto tipo 1 de la definición universal). Por otro lado la angioplastia estuvo asociada con una mayor incidencia de infarto periprocedimiento (infarto tipo 4). Si consideramos todos los infartos juntos no hay diferencias entre las dos estrategias (RR=0.96; 95% CI, 0.74–1.21).
La angioplastia también se asoció con una disminución de la mortalidad del cualquier causa aunque no alcanzó la significancia estadística (RR=0.88; 95% CI, 0.75–1.03).
Conclusión
La angioplastia coronaria comparada con el tratamiento médico óptimo, en pacientes con cardiopatía isquémica crónica estable, se asoció con una significativa reducción en el riesgo de infarto espontáneo (tipo 1 de la definición universal) y una tendencia a menor mortalidad que no alcanzó la significancia estadística.
Comentario editorial
Se ha escrito mucho sobre la enorme diferencia pronostica entre un infarto espontáneo y un infarto periprocedimiento. Sobre este detalle gira toda la importancia del trabajo ya que numéricamente es cambiar un infarto por otro, pero el riesgo que implica cada uno es muy diferente. Esta diferencia en términos de riesgo se puede intuir por la tendencia a menor mortalidad observada en la rama angioplastia.
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