La hipertensión pulmonar tromboembólica es causada por la estenosis u oclusión de ramas de la arteria pulmonar por trombos organizados. El único tratamiento potencialmente curativo para esta enfermedad es la tromboendarterectomía quirúrgica. Sin embargo, pacientes con lesiones en ramas muy periféricas o comorbilidades que aumentan mucho el riesgo quirúrgico se pueden beneficiar de un “plan B”, como la angioplastia con balón de ramas pulmonares.
2) Riesgo isquémico y riesgo de sangrado luego de una angioplastia primaria
Los pacientes cursando un infarto con supradesnivel del segmento ST que reciben angioplastia primaria presentan un alto riesgo, tanto de eventos isquémicos como hemorrágicos, y ambos afectan significativamente la morbilidad y la mortalidad. La selección óptima de anti-trombóticos en términos de potencia y duración debe tener en cuenta el momento del proceso, ya que el riesgo de una y otra complicación puede ir variando en el tiempo.
3) La complejidad de la angioplastia puede definir el tiempo de doble antiagregación
El estudio DAPT concluyó que continuar con una tienopiridina más aspirina más allá del año luego de una angioplastia coronaria se asocia con una disminución de la tasa de trombosis del stent y de los eventos cardiovasculares mayores. Sin embargo, tiene como contrapartida un aumento significativo del sangrado moderado o severo cuando se lo compara con continuar solo con aspirina.
4) El uso del acceso radial en la angioplastia primaria crece pero aún no es muy utilizado
Hay mucha evidencia que soporta el uso del acceso radial en la angioplastia coronaria. Varios estudios randomizados demostraron la reducción del sangrado y de las complicaciones vasculares cuando se lo adopta en comparación a los pacientes tratados por acceso femoral. Incluso hay estudios y meta-análisis que sugieren que en el contexto de la angioplastia primaria el beneficio sería aún mayor, con una significativa reducción de eventos
5) Eficacia del stent micromallado en la angioplastia carotídea
La mayoría de las publicaciones, tanto recientes como históricas, asocian a la angioplastia carotídea con una tasa más alta de strokes (menores, pero strokes al fin) cuando se la compara con la endarterectomía carotídea en el período agudo. Sin embargo, luego de los 30 días la angioplastia y la cirugía son comparables.
6) El fin de la aspirina para los pacientes anticoagulados que reciben angioplastia
La discusión sobre la mejor estrategia anti trombótica en pacientes con fibrilación auricular que reciben angioplastia parecía no tener fin hasta que se publicó el estudio RE-DUAL PCI en el New England Journal of Medicine (NEJM). Este trabajo llegó para simplificar la difícil decisión entre el riesgo de eventos trombóticos y el riesgo de sangrado con un esquema más sencillo, sin resignar eficacia y ganando en seguridad.
7) Endarterectomía vs angioplastia en enfermedad carotidea asintomática
La eficacia y seguridad relativas de la angioplastia carotidea vs la endarterectomía en pacientes asintomáticos sigue sin consenso y, lo que es peor, no hay signos de que se aclare el panorama en un futuro próximo. Dado la falta de evidencia definitiva en este sentido han proliferado los meta-análisis y revisiones sistemáticas que intentan dar un poco de luz sobre el tema.
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