Gentileza del Dr. Carlos Fava.
El TAVI ha emergido como una opción terapéutica importante en los pacientes de riesgo alto y riesgo intermedio. En ese sentido, la presencia de fibrilación auricular (FA) previo al TAVI es alta y se ha relacionado con una peor evolución y mayor mortalidad. Sin embargo, no disponemos de mucha evidencia cuando aparece una nueva fibrilación auricular luego del TAVI. A su vez, tampoco sabemos cuál es su implicancia o cuál es la mejor estrategia de tratamiento (ya sea farmacológica o invasivo).
Se analizaron 13356 pacientes que recibieron TAVI. De ellos, 1138 (8,4%) desarrollaron nueva FA (NFA) luego del implante valvular percutáneo.
Las características de ambos grupos fueron similares, aunque los que desarrollaron NFA reunieron las siguientes particularidades: los pacientes tenían mayor edad (siendo un porcentaje mayor de mujeres) EPOC, STS de mortalidad (6.5 vs. 6.0; p<0.01) y utilización del acceso transapical. Además, la mayoría de estos era de alto riesgo o de riesgo extremo.
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La estadía hospitalaria de este grupo fue mayor (9 días vs. 5 días p=<0.01).
Los factores que se relacionaron con el desarrollo de NFA fueron la fracción de eyección, edad, EPOC y el acceso no femoral (4.4% acceso femoral vs. 16.5% acceso no femoral p<0.01).
A nivel hospitalario presentaron mayor mortalidad (7.8% vs. 3.4% p<0.01), stroke (4.7% vs. 2.0% p<0.01) y sangrado mayor (10.6% vs 6.1% p<0.01) sin diferencia en el resto de los eventos.
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Luego del alta menos del 30% recibió anticoagulantes a pesar de tener CHA2DS2-VASc score de 5. Cerca de la mitad recibió anti-arrítmicos y hubo una tendencia a indicar más beta bloqueantes.
Al año de seguimiento la mortalidad fue mayor (33.8% vs. 20.7%; p < 0.01), stroke (7.5% vs. 6.3%; p < 0.01), sangrado mayor (30.1% vs. 35.7%; p < 0.01) y rehospitalización por insuficiencia cardíaca (14.8%vs. 10.5% p0<0.01). La mortalidad fue similar en aquellos pacientes que recibieron anticoagulación luego del alta.
Conclusión
La presencia de NFA luego del TAVI fue del 8.4% (4.4% con el acceso femoral vs. 16.5%), menos de la tercera parte recibió anticoagulación luego del alta y se asoció a un incremento de riesgo de muerte y stroke a nivel hospitalario al año de seguimiento. Dada la significancia clínica del desarrollo de una NFA luego del TAVI, resulta necesario realizar estudios adicionales para delinear una estrategia óptima de tratamiento en esta población de alto riesgo.
Comentario
La aparición de una nueva fibrilación auricular luego del TAVI no es un hecho menor y debe tenerse en cuenta al momento del alta, ya que nos indica que se trata de un paciente con más comorbilidades y, al mismo tiempo, nos señala que esta arritmia debe tratarse y controlarse en el futuro.
Si bien la anticoagulación se asocia a más sangrado no fatal la no indicación se asoció a mayor presencia de stroke y muerte.
Este registro mostró que los anticoagulantes neutralizan la mortalidad al año, aunque en este caso solo lo recibió un grupo. Deberíamos ser más cuidadosos con esta población y realizar un seguimiento más intensivo para tratar de mejorar su evolución.
Gentileza del Dr. Carlos Fava.
Título original: Incidence, Management, and Associated Clinical Outcomes of New-Onset Atrial Fibrillation Following Transcatheter Aortic Valve Replacement An Analysis From the STS/ACC TVT Registry.
Referencia: Amit N. Vora, et al. J Am Coll Cardiol Intv 2018;11:1746–56.
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