En el seguimiento a 10 años, los infartos silentes tienen una mortalidad similar a los clínicamente reconocidos. Si bien estos resultados no justifican un screening rutinario, el solo hecho de encontrarlos debe focalizarnos en una prevención más agresiva.
Los infartos silentes, como aquellos detectados por una resonancia magnética cardíaca, se asocian a un riesgo a largo plazo similar de mortalidad que aquellos pacientes con infartos reconocidos, por lo que el riesgo de muerte, infarto no fatal o insuficiencia cardíaca es superior a los de la población general, según este nuevo trabajo que será publicado próximamente en JAMA Cardiol.
Los infartos silentes son más prevalentes que los reconocidos y esto constituye un gran problema de salud pública.
La pregunta que se genera es si una búsqueda rutinaria con resonancia para detectar estos infartos podría ajustar el manejo de factores de riesgo para reducir el riesgo a largo plazo. Esto por ahora es solo una hipótesis de trabajo.
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El presente estudio incluyó 935 pacientes enrolados en el estudio de cohorte ICELAND MI que fueron estudios con resonancia cardíaca entre el 2004 y el 2007 y seguidos por 13.3 años (edad media 76 años, 52% mujeres). Basalmente, el 17% tenía evidencia de un infarto silente mientras que el 10% tenía el antecedente de un infarto reconocido.
A los 3 años, la mortalidad por cualquier causa en aquellos con infartos silentes fue similar a los que no tenían evidencia de infarto (3% vs 3%; p=0.62) y claramente menor a los que tenían infartos reconocidos (9%, p=0.03).
Lo anterior dejo de ser cierto a los 10 años. La mortalidad de aquellos con infartos silentes se igualó a los infartos reconocidos (49% vs 51%; p=0.99) y aquellos con infartos silentes tuvieron más chances de morir que la población sin infarto (49% vs 30%; p<0.001).
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Estos resultados se mantuvieron luego de ajustar por edad, sexo o diabetes.
Además de mayor mortalidad, tuvieron más infartos no fatales, insuficiencia cardíaca y eventos en general al comparar con la población sin infarto.
La terapia preventiva con aspirina, estatinas y betabloqueantes presumiblemente podrían atenuar la mortalidad por nuevos infartos.
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Los pacientes con infartos silentes presentan infartos más pequeños, menos remodelamiento y una fracción de eyección más alta que los infartos reconocidos.
Entonces ¿Por qué si todo parece más benigno las mortalidades son iguales? La respuesta podría encontrarse en la falta de prevención.
Título original: Association of unrecognized myocardial infarction with long-term outcomes in community-dwelling older adults: the ICELAND MI study.
Referencia: Acharya T et al. JAMA Cardiol. 2018; Epub ahead of print.
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