Una elevada variabilidad de la tensión arterial se asoció con un amplio rango de cambios estructurales subclínicos en el cerebro. Estos cambios estructurales podrían ser los mecanismos que expliquen la mayor incidencia de demencia y stroke.
Este trabajo incluyó 2348 participantes mayores de 55 años en una cohorte prospectiva. La tensión arterial fue medida en cada visita desde 1990 y desde 2005 ésta incluyó una resonancia magnética.
Los autores en primer término midieron la variación absoluta de la tensión arterial entre dos visitas consecutivas, tanto para la tensión sistólica como para la diastólica.
Posteriormente midieron la dirección de esta variación y la asociaron en un análisis multivariado con las imágenes de la resonancia magnética. Se tuvo en cuenta la enfermedad de pequeños vasos, el volumen de tejido cerebral y la integridad de microestructura de la materia blanca.
La mayor variación de la tensión arterial (el mayor vs el menor de los tercilos) se asoció con más severidad de las hiperintensidades en la materia blanca (OR:1.32), lagunas (OR: 1.25), microsangrados (OR: 1.16).
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De manera similar, esta variación se asoció con un menor volumen cerebral y peor integridad de la microestructura de la materia blanca.
Este daño cerebral se observó tanto con los grandes aumentos como con las grandes caídas en las cifras de tensión arterial.
Conclusión
La elevada variabilidad de la tensión arterial se asoció con un gran número de cambios estructurales cerebrales observados con la resonancia magnética. Subclínicos al principio, estos cambios podrían ser el mecanismo que aumente posteriormente la incidencia de stroke y demencia.
Título original: Blood Pressure Variation and Subclinical Brain Disease.
Referencia: Yuan Ma et al. J Am Coll Cardiol 2020;75:2387–99.
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