El implante percutáneo de válvula aórtica (TAVI) está recomendado preferentemente por acceso femoral, según las guías europeas (en pacientes ≥75 años) y americanas (en pacientes ≥80 años). Sin embargo, en numerosos casos este abordaje no es factible debido a oclusión, lesiones severas de las arterias femoral o ilíaca, tortuosidad excesiva, o enfermedad de la aorta.
Los accesos alternativos, como el transtorácico o el apical, han demostrado mayores tasas de complicaciones. El acceso carotídeo (TC TAVI) ha sido evaluado en algunos estudios, mostrando ser factible y seguro, aunque aún disponemos de información limitada sobre su verdadero beneficio o su validez como alternativa a la cirugía.
En este análisis, se evaluaron 786 pacientes con estenosis aórtica severa: 434 (55,2%) recibieron TC TAVI por no contar con acceso femoral adecuado, y el resto fueron sometidos a cirugía de reemplazo valvular aórtico (SVAR).
El punto final primario (PFP) fue un compuesto de mortalidad por cualquier causa, stroke, AIT y rehospitalización relacionada con el procedimiento (RHRP) a 30 días y 12 meses.
Dado que las poblaciones no eran comparables —los pacientes sometidos a TC TAVI eran de mayor edad, tenían puntajes STS más altos y más comorbilidades— se realizó un análisis por propensity score matching, quedando 182 pacientes en cada grupo.
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Las características basales fueron: edad promedio de 74 años, 38% mujeres, STS de mortalidad 3,6%, hipertensión 90%, diabetes 44%, enfermedad coronaria previa 44%, enfermedad vascular periférica 55%, EPOC 24%, deterioro de función renal 41%, fibrilación auricular 22%, cirugía cardiotorácica previa 12%, y fracción de eyección del 55%. No hubo diferencias en el área valvular aórtica ni en los gradientes iniciales.
La válvula más utilizada en el grupo TC TAVI fue la balón-expandible (70%).
Al finalizar el procedimiento, los pacientes con TC TAVI presentaron un área valvular mayor (1,84 cm² vs. 1,47 cm²; P < 0,001) y un gradiente menor (11,4 mmHg vs. 14,7 mmHg; P < 0,001), sin diferencias en la fracción de eyección. Durante la hospitalización, no hubo diferencias en mortalidad, stroke o AIT, pero se observó mayor incidencia de sangrado, fibrilación auricular y deterioro renal en el grupo SVAR, mientras que en el grupo TC TAVI hubo más casos de necesidad de marcapasos definitivo y complicaciones vasculares.
El PFP a 30 días fue significativamente mayor en el grupo SVAR (12,6% vs. 4,3%; hazard ratio 2,93 [IC 95% 1,45–5,94]), sin diferencias en mortalidad, stroke o AIT, pero con mayor tasa de RHRP (6,1% vs. 1,6%; P = 0,028).
A los 12 meses, no se observaron diferencias significativas entre los grupos en el PFP (12,7% vs. 19,7%; HR 1,64 [IC 95% 0,99–2,74]; P = 0,059), ni en mortalidad, stroke, AIT o rehospitalización relacionada con el procedimiento.
Conclusión
El acceso carotídeo en el TAVI se asoció a una mejor evolución clínica a 30 días comparado con la cirugía, aunque sin diferencias significativas en mortalidad, stroke ni rehospitalizaciones al año de seguimiento. Estos hallazgos sugieren que el TAVI por acceso carotídeo podría ser una alternativa válida a la cirugía en pacientes no candidatos al acceso femoral.
Título Original: Transcarotid Versus Surgical Aortic Valve Replacement for the Treatment of Severe Aortic Stenosis.
Referencia: Juan Hernando del Portillo, et al. Circ Cardiovasc Interv. 2025;18:e014928. DOI: 10.1161/CIRCINTERVENTIONS.124.014928.
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