Durante las intervenciones coronarias percutáneas (ICP) complejas, es común utilizar catéteres de guía de gran calibre para proporcionar mayor soporte. El acceso radial de gran calibre ha demostrado ser viable y seguro en este tipo de procedimientos. Sin embargo, la presencia de una arteria radial pequeña, espasmo severo o una anatomía variante representan contraindicaciones para este acceso, por lo que en estos casos se prefiere el acceso femoral.
El uso de punción guiada por ultrasonido para el acceso femoral ha mostrado reducir las complicaciones vasculares, aunque no se emplea de forma rutinaria. En el reciente ensayo clínico UNIVERSAL, el ultrasonido para guiar la punción femoral no demostró una reducción significativa en el sangrado ni en las complicaciones vasculares en comparación con el acceso guiado por fluoroscopia.
Cabe destacar que una de las limitaciones de este ensayo fue la baja proporción de ATC complejas, y que la mayoría de los accesos utilizados fueron de 6 Fr. Actualmente, se desconoce si existe algún beneficio al utilizar ultrasonido para guiar el acceso femoral en el caso de catéteres de gran calibre (>7 Fr).
El objetivo de este estudio multicéntrico randomizado fue demostrar la superioridad del ultrasonido frente a la fluoroscopia en ATC complejas, específicamente en términos de complicaciones hemorrágicas y/o vasculares (BARC 2, 3, 5) que requieran intervención durante la hospitalización.
Lea también: Tratamiento borde a borde en la válvula tricuspídea: evolución a un año.
El Punto Final Primario (PFP) se definió como sangrado clínicamente relevante en el sitio de acceso o una complicación vascular que requirió intervención durante la hospitalización. El Punto Final Secundario (PFS) abarcó aspectos de seguridad y eficacia, incluyendo sangrado tipo BARC 2, 3 o 5 en acceso femoral a los 30 días de seguimiento, sangrado tipo BARC 2, 3 o 5 en arteria femoral secundaria o radial, eventos adversos cardiovasculares mayores (MACE) a 30 días, complicaciones vasculares que no requirieron intervención, tiempo de procedimiento, tiempo de acceso y tasa de éxito en la primera punción.
Se incluyeron 544 pacientes, de los cuales 274 fueron asignados al grupo guiado por ultrasonido y 270 al grupo guiado por fluoroscopia. La edad media fue de 71 años y el 76% de los participantes eran hombres. La indicación para ATC compleja en la mayoría de los casos fue angina estable, y el 68% de los pacientes requirieron ATC para oclusiones totales crónicas. El PFP se presentó en el 18.9% del grupo guiado por fluoroscopia, frente al 15.7% del grupo guiado por ultrasonido (p=0.32).
El éxito en la primera punción fue del 92% para el grupo guiado por ultrasonido, en comparación con el 85% del grupo guiado por fluoroscopia (p=0.02). La mediana del tiempo en la sala de cateterismo fue de 102 minutos para el grupo de ultrasonido y 105 minutos para el de fluoroscopia (p=0.43), mientras que la tasa de MACE al mes fue del 4.1% para el grupo de fluoroscopia y del 2.6% para el acceso guiado por ecografía (p=0.32).
Conclusión
El uso rutinario de ultrasonido para guiar la punción femoral en ATC complejas no redujo significativamente el sangrado clínicamente relevante ni las complicaciones vasculares en comparación con la fluoroscopia, aunque sí mejoró el éxito en la punción en el primer intento.
Título Original: Ultrasound-guided versus fluoroscopy-guided large-bore femoral access in PCI of complex coronary lesions: the international, multicentre, randomised ULTRACOLOR Trial.
Referencia: Thomas A. Meijers , MD et al EuroIntervention 2024;20:e876-e886.
Suscríbase a nuestro newsletter semanal
Reciba resúmenes con los últimos artículos científicos