La insuficiencia tricuspídea es una valvulopatía de alta prevalencia que presenta una notable tasa de subtratamiento. Sin intervención, su progresión se asocia con mayor mortalidad y discapacidad significativa. Según las guías de manejo actuales, el tratamiento quirúrgico es una recomendación clase I (guías ESC), mientras que el tratamiento transcatéter tiene una indicación clase II-A. Sin embargo, en comparación con las cirugías de otras valvulopatías, como la aórtica y la mitral, los resultados en la insuficiencia tricuspídea son subóptimos, con una mortalidad operatoria del 5-10%.
La reparación transcatéter borde a borde (TEER) ha demostrado buenos resultados en la válvula mitral, lo que ha llevado a extrapolar su uso a la patología tricuspídea (T-TEER), especialmente tras los hallazgos del estudio TRILUMINATE. Este demostró mejorías, principalmente en parámetros de calidad de vida, en comparación con el tratamiento médico óptimo.
Objetivos del estudio: comparativa entre T-TEER y reparación quirúrgica en insuficiencia tricuspídea
Para comparar las estrategias de tratamiento, el grupo de Shimoda et al. realizó un estudio observacional retrospectivo que analizó T-TEER frente a la reparación quirúrgica aislada de la tricúspide.
Los datos se obtuvieron de Medicare entre 2016 y 2020, y los pacientes se clasificaron en dos grupos: insuficiencia tricuspídea primaria o degenerativa, y secundaria o funcional. El desenlace primario fue la mortalidad por todas las causas a mediano plazo (hasta dos años). Los desenlaces secundarios incluyeron hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca, eventos cerebrovasculares (stroke), implante de marcapasos (MCP), reintervenciones tricuspídeas y reintervenciones con T-TEER.
Terapia borde a borde frente a cirugía: ventajas, riesgos y resultados en insuficiencia tricuspídea
Se analizaron un total de 1143 pacientes, de los cuales 409 recibieron T-TEER y 734 se sometieron a cirugía. El seguimiento promedio fue de 13,3 meses. Los pacientes tratados con T-TEER eran de mayor edad, tenían más comorbilidades y un índice de Charlson significativamente más alto, mientras que los pacientes quirúrgicos presentaban más antecedentes de cirugía cardíaca previa.
En cuanto a los desenlaces a mediano plazo, T-TEER mostró una mortalidad comparable a los dos años (HR ajustado, 0,84; IC95% 0,63-1,13; P=0,25). Los índices de hospitalización por insuficiencia cardíaca (HR ajustado 0,96; IC95% 0,56-1,65) y stroke (HR ajustado 0,53; IC95% 0,10-2,76) también fueron similares entre ambos grupos.
En eventos secundarios, T-TEER se asoció con una menor tasa de implante de MCP (HR ajustado 0,14; IC95% 0,06-0,30; P≤0,001), pero con un aumento significativo en la tasa de reintervenciones tricuspídeas (HR ajustado 8,03; IC95% 2,87-22,48; P≤0,001).
Respecto a los eventos intrahospitalarios, la cohorte ajustada de T-TEER presentó significativamente menor mortalidad intrahospitalaria, así como menores tasas de injuria renal, complicaciones respiratorias, necesidad de transfusiones, taponamiento cardíaco y falla cardíaca. Esto se tradujo en una menor duración de la hospitalización en comparación con los pacientes quirúrgicos.
Conclusiones
En esta comparación retrospectiva de estrategias para el tratamiento de la insuficiencia tricuspídea, se encontró que la mortalidad a dos años fue comparable entre T-TEER y la reparación quirúrgica, con tasas ajustadas de hospitalización también similares. Sin embargo, en cuanto a eventos intrahospitalarios, el perfil de seguridad favoreció al T-TEER, con menor mortalidad y una menor necesidad de implantes de marcapasos.
Título Original: Comparison of Transcatheter versus Surgical Tricuspid Repair among Patients with Tricuspid Regurgitation: Two-Year Results.
Referencia: Tomonari Shimoda, et al. Comparison of Transcatheter versus Surgical Tricuspid Repair among Patients with Tricuspid Regurgitation: Two-Year Results. Circulation: Cardiovascular Interventions. doi:10.1161/CIRCINTERVENTIONS.124.014825.
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