El TAVI se ha consolidado como el tratamiento de elección en determinados escenarios. Sin embargo, la predilatación (PRD) continúa siendo un tema de controversia, tanto en las válvulas balón expandibles como en las autoexpandibles.

Actualmente contamos con análisis en los que la PRD fue realizada o incluso considerada mandatoria, y otros en los que no se llevó a cabo, con resultados controvertidos respecto a esta estrategia.
Se efectuó un análisis del Registro BAVSE-TAVI (Balloon Aortic Valvuloplasty before Self-Expanding TAVI), que incluyó 315 pacientes consecutivos con estenosis aórtica severa sintomática tratados con TAVI, de los cuales 158 recibieron PRD.
Las válvulas utilizadas fueron Evolut PRO, PRO+ y FX (Medtronic, Minneapolis, MN).
El Punto Final Primario (PFP) fue un compuesto de muerte por cualquier causa, stroke, complicaciones vasculares mayores, sangrado mayor, leak paravalvular significativo o necesidad de marcapaso definitivo.
Las características basales fueron similares entre grupos: edad media de 81 años, EuroSCORE de 3,6%, deterioro de la función renal en el 50%, fibrilación auricular en el 23%, bloqueo completo de rama derecha en el 6% y de rama izquierda en el 4%. La presencia de marcapaso fue más frecuente en los pacientes que recibieron implante directo (ID).
Los pacientes con PRD presentaron mayor velocidad pico (4,5 vs. 4 m/s; p<0,001), menor área valvular aórtica indexada (0,3 vs. 0,4; p<0,001), mayor área de anillo (446 vs. 408 mm²; p<0,001 y 76 vs. 73 mm²; p=0,012), y gradientes pico y medio más elevados (84 vs. 69 mmHg; p<0,001 y 51 vs. 40 mmHg; p<0,001). Asimismo, presentaron mayor score de calcificación y más válvulas bicúspides.
No se observaron diferencias en los diámetros de las válvulas utilizadas, aunque la necesidad de posdilatación fue más frecuente en los que habían recibido PRD.
Lea también: Insuficiencia tricuspídea, Registro TricBicaval.
No hubo diferencias significativas en el PFP, ni en muerte, stroke, complicaciones vasculares, leak paravalvular o necesidad de marcapaso definitivo. Sin embargo, los sangrados mayores fueron más frecuentes en el grupo de ID (0,6% vs. 6,4%; p=0,005).
A dos años de seguimiento no se encontraron diferencias en la mortalidad (23,4% vs. 31,2%; p=0,131 para PRD e ID, respectivamente).
Conclusión
Tanto la predilatación como el implante directo en TAVI pueden realizarse de manera segura en la práctica clínica. La elección de la estrategia debe basarse en las características del paciente, evaluadas mediante ecocardiografía y angiotomografía.
Título Original: Balloon Aortic Valvuloplasty Prior to Self‐Expanding TAVI: The BAVSE‐TAVI Registry.
Referencia: Abdalazeem Ibrahem, et a. Catheterization and Cardiovascular Interventions, 2025; 106:1674–1681.
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