¿Es realmente necesario monitorizar a todos los pacientes después del TAVI?

Los trastornos de conducción (TC) posteriores al implante valvular aórtico por catéter (TAVI) constituyen una complicación frecuente y pueden derivar en la necesidad de un marcapasos definitivo (PPI). Aun así, la indicación y duración del monitoreo con telemetría (TM) varía ampliamente entre centros.

Este estudio evaluó si un algoritmo basado exclusivamente en parámetros electrocardiográficos pre y posprocedimiento podía racionalizar el uso de TM y acortar la internación, manteniendo un riesgo bajo de eventos arrítmicos severos durante la hospitalización y en los 30 días posteriores. Se incluyeron prospectivamente 250 pacientes consecutivos sometidos a TAVR transfemoral entre febrero de 2023 y septiembre de 2024 en un único centro universitario. La edad media fue 80,5 ± 6,9 años (52,8% hombres). El 11,2% presentaba bloqueo completo de rama derecha (RBBB previo) y el 39,2% desarrolló un bloqueo completo de rama izquierda de novo (LBBB) durante la internación. En total, el 55,2% (138 pacientes) requirió TM en la UCI, principalmente por LBBB reciente (n = 64).

La estrategia definió 24 h de TM para LBBB nuevo o RBBB previo y 48 h para LBBB ancho (>150 ms) o asociado a BAV de primer grado. Quienes no presentaron TC ni progresión fueron derivados directamente a sala general sin monitoreo. La tasa de éxito del procedimiento fue del 98,8%. Se implantaron mayoritariamente válvulas balón-expandibles (76%, Edwards Sapien 3/Sapien 3 Ultra) y, en el 24%, válvulas autoexpandibles (Evolut R/PRO/PRO+ y Navitor).

Lea también: Enfermedad de TCI: ATC guiada por imágenes intravasculares vs. CABG.

El punto final primario fue la incidencia de trastornos de conducción severos (sintomáticos o que requirieran intervención específica, como drogas, marcapasos transitorio o definitivo) ocurridos fuera de la UCI a los 30 días. Los puntos finales secundarios incluyeron la incidencia general de TC, necesidad e indicación de PPI, tiempo de aparición del evento rítmico, evolución de los trastornos no candidatos a PPI y duración total de la internación y de la estadía en UCI.

En el seguimiento, el punto final primario —considerando únicamente a los pacientes correctamente estratificados— tuvo una incidencia del 1,2% (3 casos; IC 95%: 0,31–3,77), todos ellos luego del alta, entre los días 6 y 8, y todos requirieron PPI. No se registraron eventos severos durante la internación fuera de la UCI ni muertes al mes.

Durante la hospitalización, el 12,8% presentó bloqueo auriculoventricular completo (BAVc), y el 75% de estos requirió PPI. La tasa total de PPI fue del 15,2% durante la internación (n = 38) y del 16,8% al mes (n = 42), siendo la indicación predominante el VABc (57,8%) seguido de LBBB con BAV de primer grado (31,1%). El 78,6% de los PPI se implantó en las primeras 48 hs. Los TC que no precisaron PPI incluyeron 83 LBBB nuevos, 20 BAV de primer grado y 8 BAVc transitorios.

La duración media de la hospitalización fue de 2,3 ± 2,2 días, significativamente menor en los pacientes sin TM (1,43 días vs. 2,93 días; p < 0.001). La estadía en UCI para quienes requirieron TM tuvo una mediana de 1 día (IQR 1–2). Casi la mitad de los pacientes pudo evitar la UCI siguiendo esta estrategia.

Monitoreo post-TAVI: impacto de un algoritmo basado en ECG sobre la necesidad de UCI y marcapasos

En conclusión, esta estrategia basada en el ECG para definir la indicación y duración del monitoreo pos-TAVR demostró ser segura, sin muertes ni eventos severos durante la hospitalización y con una tasa muy baja de episodios tardíos (1,2%), todos no fatales y ocurridos después del día 6. El protocolo permitió omitir TM en casi la mitad de los pacientes y logró internaciones muy breves sin comprometer la seguridad. Aunque persiste un riesgo residual de trastornos de conducción tardíos incluso con un ECG normal al alta, este enfoque racionalizado optimiza recursos y reduce la necesidad de UCI, con resultados clínicos consistentes y aplicabilidad en centros de alto volumen.

Título Original: A Streamline Strategy for Indication and Length of Telemetry Monitoring After TAVR.

Referencia: Antonin Fournier, Catheterization and Cardiovascular Interventions, 2025.


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