Título original: Peripheral arterial disease and critical limb ischaemia: still poor outcomes and lack of guideline adherence. Referencia: Reinecke H et al. Eur Heart J. 2015; Epub ahead of print.
Este trabajo incluyó en forma retrospectiva 41882 pacientes del seguro de salud de Alemania que ingresaron con diagnóstico de enfermedad vascular periférica entre el año 2009 y el 2011 y con seguimiento hasta el año 2013.
Los pacientes fueron divididos de acuerdo a la clasificación de Rutherford en categorías 1-2-3 (n=21197), categoría 4 (n=5353), categoría 5 (n=6916) y categoría 6 (n=8416). La proporción de pacientes con factores de riesgo clásicos como hipertensión, dislipemia y tabaquismo disminuyó a medida que aumentó la clase Rutherford (p<0.001 para todos) al revés de lo que ocurrió con la diabetes, la enfermedad renal crónica y la insuficiencia cardíaca que aumentaron a medida que aumentó la clase Rutherford (p<0.001 para todos).
Las angiografías y procedimientos de revascularización se realizaron menos frecuentemente en los pacientes con enfermedad vascular periférica más avanzada (p<0.001).
Las amputaciones aumentaron de manera continua desde el 0.5% en las clases 1-2-3 al 42% en la clase 6 al igual que los infartos de miocardio, strokes y muerte (p<0.001 para todos).
De las 4298 amputaciones realizadas en los pacientes con isquemia crítica, el 37% no recibió angiografía ni revascularización durante la hospitalización índice ni en los dos años anteriores.
Durante el seguimiento (media 3 años), 7825 pacientes fueron amputados y 10880 murieron. La mortalidad proyectada a 4 años de acuerdo a Kaplan-Meier alcanzan el 18.9%, 37.7%, 52.2% y 63.5% para las clases Rutherford 1-3, 4, 5 y 6 respectivamente y el riesgo de amputación en el mismo período de tiempo alcanza el 4.6%, 12.1%, 35.3% y 67.3% respectivamente.
En el análisis multivariado la clase Rutherford fue un predictor independiente de muerte, infarto, stroke y amputación (p<0.001 para todas).
Conclusión
A pesar de los recientes avances para tratar la enfermedad vascular periférica, los resultados actuales continúan siendo pobres especialmente para isquemia crítica. A pesar de la evidencia a favor de la revascularización para evitar las amputaciones, los pacientes con isquemia crítica todavía reciben significativamente menos tratamiento del que deberían.
Comentario editorial
La mortalidad observada en los pacientes con isquemia crítica no se ha modificado desde la publicación del Inter-Society Consensus for the Management of Peripheral Arterial Disease (TASC II) publicado hace más de 10 años.
Posibles explicaciones podrían ser lo avanzado de la enfermedad sistémica de los pacientes con isquemia crítica, las comorbilidades como la diabetes y la insuficiencia cardíaca y la sub utilización de procedimientos. Esto último está directamente en manos del Intervencionista y no debe ser sub estimado.
SOLACI