La isquemia miocárdica inducida por un aumento repentino del stress emocional se asocia con un mal pronóstico, especialmente en pacientes que han sufrido previamente un infarto agudo de miocardio según este nuevo estudio.
Este trabajo llamado MIMS-2 debió ser presentado en el congreso de la ACC 2020 en conjunto con el Congreso Mundial de Cardiología en Chicago, pero el COVID-19 obligó a suspender el evento. Sin embargo, la información nos llega de manera virtual pero sin sorpresas en cuanto a los resultados.
En junio de 2018, mientras se estaba jugando la copa del mundo en Rusia, recordábamos un viejo artículo publicado en NEJM por un grupo de investigadores de Alemanes que estudiaron los eventos durante la copa del mundo de 2006 (Alemania fue el anfitrión). Los alemanes, especialmente los hombres con antecedentes de infarto, presentaron más del triple de infartos mientras jugaba su selección nacional vs un período de control. El pico de eventos era desde las 2 horas previas al partido a las 2 horas posteriores.
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El trabajo actual nos dice que solo el 16% de los pacientes desarrolla isquemia miocárdica durante una situación de stress emocional (por ejemplo hablar en público) pero aquellos con antecedente de infarto la pueden pasar mucho peor.
Se estudiaron 306 pacientes con antecedente de infarto agudo de miocardio dentro de los 8 meses previos. Todos los pacientes se realizaron imágenes con tomografía por emisión de positrones basal con stress físico convencional y luego durante stress psíquico (hablar en público de manera estandarizada).
Luego de un seguimiento de 3 años, el end point primario (combinado de muerte cardiovascular o infarto no fatal) ocurrió en el 20% de aquellos pacientes con isquemia inducible mientras hablaban en público vs el 8% de los que no presentaron isquemia durante el mismo stress emocional.
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Luego de múltiples ajustes (factores de riesgo, factores psico sociales, etc) la asociación entre la inducción de isquemia ante el stress emocional y los eventos permaneció inalterada y significativa.
Lo interesante del trabajo es que todos estos pacientes tenían un estudio basal con stress físico convencional que fue capaz de inducir isquemia en el 26% de la población. Sin embargo, el resultado del estudio con stress físico convencional no se asoció con un aumento de los eventos en el seguimiento.
La isquemia inducida por el ejercicio se correlacionó con lesiones obstructivas en arterias epicárdicas pero la isquemia inducida por el stress emocional no correlacionó con lesiones obstructivas.
Podría ser que el mecanismo de isquemia del stress emocional sea diferente al del stress físico, por ejemplo actuando sobre la microcirculación.
Título original: Mental stress-induced myocardial ischemia as a marker for adverse events after MI.
Referencia: Almuwaqqat Z et al. ACC 2020.
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