La angina crónica estable ha mostrado una buena respuesta al tratamiento médico, y recientemente, el estudio Isquemia ha demostrado la seguridad de dicho tratamiento en la angina crónica estable con isquemia moderada a severa. Sin embargo, este estudio excluyó las lesiones del TCI.
El Estudio FAME ha evidenciado la seguridad y eficacia del FFR, así como la reducción en la necesidad de stents. No obstante, en los síndromes estables con isquemia evaluados mediante la fisiología del TCI, no se ha analizado si el tratamiento médico actual es seguro.
Se realizó una revisión del registro DEFINE LM, en el cual se incluyeron 225 pacientes con angina crónica estable y lesiones significativas para isquemia, determinadas por un iFR ≤ 0.89. De ellos, 74 pacientes fueron diferidos para recibir tratamiento médico, mientras que 151 pacientes se sometieron a revascularización.
El Punto Final Primario (PFP) se definió como MACE, que incluye mortalidad por cualquier causa, infarto agudo de miocardio no fatal y revascularización de la lesión del TCI debido a isquemia.
Dado que las poblaciones eran diferentes, se realizó un análisis de propensity score match, quedando finalmente 74 pacientes en cada grupo.
La edad media de los participantes fue de 71 años, el 52% eran hombres y el 80% presentaba hipertensión. Además, el 42% tenía diabetes, el 24% sufría de insuficiencia renal crónica y el 30% había experimentado un infarto previo.
La lesión más común en el TCI fue la distal (80%), seguida de la lesión en el ostium, mientras que la lesión en el cuerpo del TCI se observó con menor frecuencia. No se encontraron diferencias en el número de vasos enfermos ni en la presencia de CTO.
El SYNTAX Score fue de 22.
En el grupo de pacientes que se sometieron a revascularización, se realizó angioplastia coronaria (ATC) en 44 casos y cirugía de revascularización miocárdica (CRM) en 30 casos.
El seguimiento se llevó a cabo durante un período de 34 meses (22-40). En cuanto al PFP, se observó un beneficio en favor de la revascularización, con una incidencia del 14.9% frente al 28.4% (hazard ratio, 0.42 [IC del 95%, 0.20-0.89]; p=0.023). Asimismo, se observó una reducción en la mortalidad cardiaca y el infarto relacionado con el TCI (0% frente al 8.1%; p=0.004), así como en la necesidad de revascularización de la lesión del TCI (5.4% frente al 17.6%; hazard ratio, 0.20 [IC del 95%, 0.056-0.70]; p=0.012).
El predictor de reducción del MACE fue la revascularización del TCI.
Conclusión
En resumen, se observó que los pacientes que fueron sometidos a revascularización debido a enfermedad coronaria estable y lesiones significativas, identificadas mediante fisiología con iFR, presentaron una evolución más favorable a largo plazo en comparación con aquellos cuya revascularización fue diferida.
Dr. Carlos Fava.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.
Título Original: Deferred Versus Performed Revascularization for Left Main Coronary Disease With Hemodynamic Significance.
Referencia: Warisaw, et al. Circ Cardiovasc Interv. 2023;16:e012700. DOI: 10.1161/CIRCINTERVENTIONS.122.012700.
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