El uso de la técnica retrógrada ha permitido una mejora significativa en el éxito del tratamiento percutáneo de las oclusiones crónicas (CTO). Un aspecto crucial, tras lograr el cruce de un canal colateral, es la creación de una conexión entre los sistemas anterógrado y retrógrado. La técnica más común para lograr esto es el seguimiento subintimal controlado reverso, tanto anterógrado como retrógrado (CART reverso). Esta técnica requiere la insuflación de un balón sobre una guía anterógrada, seguido del cruce retrógrado de la oclusión hacia la guía anterógrada.
Sin embargo, en algunos casos, esta maniobra puede fallar. En estos contextos, tras un CART reverso fallido, la técnica de CART original (que consiste en la balonización retrógrada de la oclusión seguida de un guiado anterógrado del lumen distal verdadero) podría ser una alternativa. No obstante, según los registros, su uso en la práctica es limitado (entre 2% y 10.4%). El objetivo de este estudio es evaluar las indicaciones, características del procedimiento y desenlaces de esta técnica.
Se incluyeron pacientes a quienes se les realizó un abordaje retrógrado y se utilizó la técnica de CART en un centro de alto volumen de CTO (University of Washington Medical Center). Se evaluaron el éxito técnico y el éxito del procedimiento. Las CTO se clasificaron según calcificación y complejidad anatómica utilizando los puntajes J-CTO y PROGRESS-CTO.
De las 1582 CTO realizadas en el período estudiado, el 38.1% se abordaron de manera retrógrada, mientras que la técnica de CART original se utilizó en el 7.5% de los casos de abordajes retrógrados.
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La edad promedio de los pacientes fue de 69.1±10.3 años, el 93.3% eran hombres, con una fracción de eyección promedio del 53.6±10.1%. El 48.9% de la población presentaba diabetes y la mayoría tenía antecedentes de angioplastia (84.4%) o cirugía de revascularización miocárdica (68.9%). La principal CTO tratada fue en la arteria coronaria derecha (48.9%) y el 95.6% de las oclusiones medían más de 20 mm, con un intento fallido previo en el 28.9%.
En promedio, la complejidad anatómica era muy alta (puntaje J-CTO de 3.6±0.9 y PROGRESS-CTO de 1.9±0.7), con una calcificación moderada a severa en el 95.6% de los casos. Se utilizó CART como estrategia primaria en el 42.2% de los casos. Sus principales indicaciones fueron CTO impenetrables en dirección anterógrada (86.7%), CART reverso fallido (28.9%) y oclusión aorto-ostial (11.1%). Las colaterales utilizadas fueron graft venosos (62.2%), septales (24.4%) y colaterales epicárdicas contralaterales (6.7%).
La técnica CART fue exitosa en el 73.3% de los casos, y en caso de no serlo, facilitó un posterior CART reverso en el 41.7%. Se logró el éxito técnico y del procedimiento en el 85.7% de los pacientes en los que se utilizó un injerto venoso como colateral y en el 76.5% del grupo No-Graft.
En la cohorte total, se obtuvo un 82.2% de éxito técnico y del procedimiento, con un 8.9% de perforaciones, tanto Ellis tipo 1 (hemostasia con balón) como Ellis tipo 3 (que requirieron stent recubierto).
Conclusiones
Los datos de la Universidad de Washington muestran un uso del CART en el 7.5% de los abordajes retrógrados, con un elevado índice de éxito técnico y del procedimiento, a pesar de la alta complejidad anatómica basal, y con una significativa seguridad, ya que no se reportaron muertes intrahospitalarias.
Dr. Omar Tupayachi.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.
Título Original: Controlled antegrade and retrograde subintimal tracking (CART) for recanalisation of chronic total occlusions.
Referencia: Moscardelli S, Kearney KE, Lombardi WL, Azzalini L. Controlled antegrade and retrograde subintimal tracking (CART) for recanalisation of chronic total occlusions. EuroIntervention. 2024 May 10;20(9):571-578. doi: 10.4244/EIJ-D-23-01082. PMID: 38726716; PMCID: PMC11067721.
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