Este es uno de los primeros trabajos que estudian el tema de manera prospectiva y los resultados apoyan la idea de que dormir poco es un potencial factor de riesgo de infarto.
Todavía falta más información para que la cantidad de horas de sueño entre en el paquete de recomendaciones sobre el cambio de estilo de vida, pero parece razonable empezar a tenerlo en cuenta.
Los estudios observacionales previos asociaron los extremos del tiempo de sueño (tanto dormir poco como dormir mucho) con el riesgo infarto, pero siempre los múltiples factores confundidores hacían difícil una respuesta contundente.
En este trabajo se evaluaron 461347 participantes que se encontraban libres de enfermedad cardiovascular al inicio del trabajo y se los clasificó en tres grupos de acuerdo con cuantas horas reportaban dormir en promedio (poco sueño <6 horas, entre 6 y 9 horas y mucho sueño a >9 horas). Se evaluaron múltiples factores de riesgo confundidores, incluso la predisposición genética a la enfermedad coronaria.
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Comparado con aquellos que duermen entre 6 y 9 horas, los que duermen poco tuvieron un 20% más de riesgo de infarto luego de ajustar por múltiples variables (HR: 1.20; IC 95%: 1.07 a 1.33) y los que duermen mucho mostraron un 34% más de riesgo (HR: 1.34; IC 95%: 1.13 a 1.58).
Conclusión
Este estudio prospectivo que analizó la cantidad de horas de sueño y el riesgo de infarto agudo de miocardio mostró que existe una asociación significativa entre ambos, tanto en aquellos que duermen poco como en los que duermen demasiado. Hace falta más información para realizar una recomendación a los pacientes como parte de la estrategia de prevención.
Título original: Sleep Duration and Myocardial Infarction.
Referencia: Iyas Daghlas et al. J Am Coll Cardiol 2019;74:1304–14.
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