El tratamiento antihipertensivo disminuye el riesgo de eventos cardiovasculares incluso en pacientes sin historia de enfermedad cardíaca o en pacientes con tensión arterial basal normal.
Esto alimenta el largo debate sobre los puntos de corte para considerar a una persona hipertensa (tal vez esos puntos de corte no existan). Más allá de esto, cuanto mayor son las cifras basales mayor el beneficio.
La decisión para prescribir antihipertensivos no debe basarse simplemente en el diagnóstico de enfermedad cardiovascular o en la tensión arterial registrada. El tratamiento parece beneficiar a todos los pacientes, sin importar las anteriores condiciones.
Según el autor principal del estudio, Dr Kazem Rahimi, estas medicaciones deberían dejar de llamarse antihipertensivos para ser considerados modificadores del riesgo de eventos.
Las guías europeas recomiendan el corte de 140 mmHg para considerar hipertenso a un paciente, mientras que las guías americanas bajaron el corte a 130 mmHg.
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Además, existen diferencias en cuanto a edad, comorbilidades o antecedentes para indicar el inicio de tratamiento.
Este trabajo, apodado BPLTTC, analizó 348854 pacientes de 48 estudios randomizados. Los pacientes fueron divididos según el diagnóstico previo de enfermedad cardiovascular y estratificados según 7 niveles de tensión arterial (de < 120 mmHg a > 170 mmHg).
Por cada 5 mmHg de reducción de la tensión arterial con el tratamiento se observó un beneficio a los 5 años de seguimiento. La presencia o ausencia de enfermedad cardiovascular no modificó este beneficio en términos relativos, tampoco el nivel de tensión arterial basal.
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El estudio muestra que el beneficio del tratamiento antihipertensivo es proporcional a la intensidad de la reducción de la tensión arterial sistólica. A mayor reducción mayor beneficio.
Por cada 5 mmHg de reducción de la tensión sistólica se observa una reducción del 10% de los eventos cardiovasculares mayores, del 13% en los strokes, del 14% de la insuficiencia cardíaca, del 7% de la cardiopatía isquémica y finalmente, del 5% de la muerte cardiovascular. Esta reducción de 5 mmHg benefició incluso a los pacientes que basalmente tenían menos de 120 mmHg de tensión sistólica.
También pueden existir diferencias según el tipo de antihipertensivo. Los bloqueantes de los canales de calcio pueden ser menos efectivos en reducir la insuficiencia cardíaca pero más efectivos en reducir los strokes. Lo contrario podría ser cierto para los diuréticos.
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Otra discusión se debe presentar en términos de beneficios absolutos. Un paciente joven, sin comorbilidades o factores de riesgo cardiovascular va a presentar un beneficio absoluto muy pequeño que tiene que contrabalancear con los posibles efectos adversos y el costo de la medicación.
Título original: Pharmacological blood pressure-lowering for primary and secondary prevention of cardiovascular disease across different levels of blood pressure.
Referencia: Rahimi K. Presentado en forma virtual en el congreso ESC 2020.
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