Con el aumento de la experiencia, el reemplazo valvular aórtico por catéter (TAVI) se va expandiendo hacia diferentes poblaciones y anatomías. Este trabajo compara los resultados clínicos y técnicos de los pacientes con estenosis aórtica bicúspide vs los pacientes con válvulas tricúspides del registro “Bicuspid AS TAVR multicenter registry”.
Los resultados de 561 pacientes con válvulas bicúspides se compararon con 4.546 pacientes con válvulas tricúspides. Dadas las diferencias en las características basales se utilizó propensity score matching, lo cual dejó 546 pares de pacientes iguales salvo por la anatomía de la válvula.
Los pacientes con válvulas bicúspides presentaron mucho más frecuentemente conversión a cirugía (2.0% vs. 0.2%; p=0.006) y significativamente menor éxito del dispositivo (85.3% vs. 91.4%; p=0.002).
Un grupo de 320 pacientes con aorta bicúspide recibió válvulas de primera generación (Sapien XT y CoreValve), observándose recurrentemente lesión de la raíz de la aorta con la válvula balón expandible (4.5% vs. 0.0%; p=0.015) y más frecuentemente insuficiencia paravalvular moderada a severa con la válvula auto expandible (19.4% vs. 10.5%; p=0.02).
Para aquellos que recibieron dispositivos de 2° generación (Sapien 3, Evolut R y Lotus) los resultados entre bicúspides y tricúspides resultaron similares.
La mortalidad de cualquier causa acumulada a 2 años fue comparable entre los pacientes con válvulas bicúspides y tricúspides (17.2% vs. 19.4%; p=0.28).
Conclusión
El reemplazo valvular aórtico por catéter en pacientes con válvulas bicúspides tuvo un pronóstico similar pero una menor tasa de éxito técnico que en los pacientes con válvulas tricúspides. Se observaron diferentes resultados entre los pacientes que recibieron válvulas balón expandible y autoexpandible de primera generación pero no fue así para aquellos con dispositivos de nueva generación.
Comentario editorial
En este trabajo se observó que los pacientes con anatomía bicúspide eran más jóvenes y con menos comorbilidades que los pacientes con válvulas tricúspides, y por eso fue necesario utilizar propensity score para compensar estas diferencias.
Con el TAVI moviéndose hace poblaciones más jóvenes y de menor riesgo es probable que aumente la proporción de pacientes con anatomía bicúspide evaluados para reemplazo.
Los nuevos dispositivos han conseguido limitar las diferencias entre una y otra anatomía aunque siempre será un desafío técnico mayor.
Título original: Outcomes in Transcatheter Aortic Valve Replacement for Bicuspid Versus Tricuspid Aortic Valve Stenosis.
Referencia: Sung-Han Yoon et al. J Am Coll Cardiol 2017;69:2579–89.
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