El seguimiento a largo plazo de los pacientes menores de 50 años con enfermedad coronaria de múltiples vasos sugiere que los resultados de la cirugía son superiores a los de la angioplastia. Este trabajo presentado en el congreso anual de la Sociedad de Cirujanos Torácicos (STS) concluye que la estrategia quirúrgica debería continuar siendo el “plan A” en los pacientes jóvenes con enfermedad de tres vasos.
Los cirujanos se quejan de que muchos pacientes jamás llegan a escuchar la opinión de ellos antes de ser revascularizados. Lo cual es justo reconocer que es cierto, pues nuestras palabras suelen ser: “yo puedo revascularizar todas sus arterias sin necesidad de abrirle el pecho y puede volver a su casa mucho antes”. Nuestra información no suele ir más allá en el tiempo.
Tanto las guías europeas como las americanas sugieren la opinión del equipo completo de trabajo (heart team), algo que no pasa tan frecuentemente en la práctica diaria (sobre todo cuando podemos realizar angioplastias “ad hoc”). Más allá de esto, la mayoría de los trabajos en que se basaron las guías incluyeron pacientes de alrededor de 70 años, mientras que para los menores de 50 los resultados podrían ser diferentes que para la población anterior.
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Este trabajo incluyó 200 pacientes con una media de 45 años que recibieron cirugía de revascularización miocárdica o angioplastia entre el 2004 y el 2016.
A 5 años, los pacientes que recibieron angioplastia presentaron más riesgo de infarto (9% vs 1%; p=0.02), revascularización repetida (31% vs 7%; p<0.01) y re-internaciones (45% vs 10%; p<0.001).
El end point combinado (muerte de cualquier causa, stroke, infarto o revascularización repetida) fue mayor para el grupo angioplastia (34% vs 12%; p<0.01).
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A 12 años, la cirugía continúo manteniendo su ventaja en términos de revascularización repetida y re-hospitalizaciones (p<0.001 para ambas).
Cuando los pacientes fueron estratificados por el número de vasos los eventos resultaron similares para aquellos con uno o dos vasos en un seguimiento a 5 años.
En aquellos con tres vasos la angioplastia mostró mayor revascularización repetida (36.4% vs 7.6%; p<0.01) y eventos combinados (36.4% vs 12.7%; p=0.02) comparado con la cirugía. A los 12 años la ventaja de la cirugía también fue en términos de infartos.
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El riesgo basal de los que fueron a cirugía resultó mayor con más diabéticos, menor fracción de eyección y más enfermedad vascular periférica.
Y como suele suceder en los trabajos con un seguimiento tan largo, la tecnología utilizada en ese momento no es la que usamos en la práctica clínica actual. Casi un cuarto de los pacientes que recibieron angioplastia fue con stents convencionales (BMS).
Título original: Coronary artery bypass surgery compared to percutaneous coronary intervention in patients younger than 50 years of age: long-term outcomes.
Referencia: Awad WI et al. Presentado en la reunión anual de la Society of Thoracic Surgeons. Fort Lauderdale, FL.
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