Las guías básicamente nos recuerdan la importancia de poner el foco en los cambios en el estilo de vida como la mejor manera de prevenir la enfermedad aterosclerótica, la insuficiencia cardíaca y la fibrilación auricular. Estos cambios obviamente son de por vida.
Se calcula que, con los cambios del estilo de vida, cerca del 80% de toda la enfermedad cardiovascular puede ser prevenida.
Las recomendaciones tienen 9 tópicos básicos: cálculo del riesgo, dieta, actividad física, obesidad, diabetes, colesterol, hipertensión, abandono del hábito tabáquico y uso de aspirina.
Los determinantes sociales han sido uno de los frentes más difíciles y con más impacto. Básicamente, nosotros como médicos pocas veces nos aseguramos si los pacientes van a poder comprar las medicaciones que prescribimos o si van a poder comprar comida saludable.
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Además, deberíamos rutinariamente tratar de detectar estresores psicosociales y tratar de proveerles el consejo y apoyo adecuado.
Para los adultos de entre 40 y 75 años está recomendado rutinariamente buscar los factores de riesgo tradicionales y calcular el riesgo cardiovascular a 10 años (recomendación clase I).
Para aquellos entre 20 y 39 años es razonable evaluar los factores de riesgo cada 4 a 6 años (recomendación clase IIa).
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Los pacientes que presenten un riesgo limítrofe o intermedio podrían ser mejor estratificados con otros marcadores con la historia familiar, síndrome metabólico, enfermedad renal crónica o proteína C reactiva.
Las guías también sugieren consumir más vegetales, frutas, legumbres, nueces, granos enteros y pescado, a la vez que advertir sobre los riesgos de la sal, las comidas fritas, las carnes procesadas y las bebidas azucaradas.
Se recomiendan 150 minutos de actividad moderada (caminar, nadar, ciclismo) o 75 minutos de una actividad más vigorosa y si nada de esto es posible, aunque sean solo 10 minutos pueden realizar un cambio significativo.
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Específicamente, la aspirina como prevención primaria en individuos >70 años o con riesgo aumentado de sangrado no está recomendada (recomendación clase III). Para aquellos entre 40 y 70 años, la aspirina puede ser considerada si tienen un alto riesgo cardiovascular y un bajo riesgo de sangrado (recomendación clase IIb). Para la mayoría de los pacientes la aspirina no está indicada como prevención primaria.
Título original: 2019 ACC/AHA guideline on the primary prevention of cardiovascular disease.
Referencia: Arnett DK et al. Circulation 2019; Epub ahead of print.
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