Luego de una angioplastia coronaria el uso de fármacos de probada eficacia en reducir eventos mayores va declinando con el tiempo, lo que se asocia con un peor pronóstico para nuestros pacientes.
A veces sin quererlo, podemos transmitir la sensación a los pacientes de que luego de implantado el stent la arteria está “curada” o que el único problema a futuro es una eventual reestenosis. Esta sensación de estar “curados” es obviamente falsa, pero la realidad es que ningún trabajo siguió a los pacientes a largo plazo luego de una angioplastia para probar esto con números concretos.
El presente estudio publicado recientemente en Circ. Cardiovasc. Qual. Outcomes se ocupó de la prevención secundaria para poder traernos luz sobre la adherencia de los pacientes luego de una angioplastia coronaria y su eventual impacto en el pronóstico.
Se identificaron 57900 pacientes que recibieron angioplastia entre 2005 y 2014 en los que se investigó la utilización de estatinas, B bloqueantes, inhibidores de la enzima de conversión / bloqueantes del receptor de angiotensina e inhibidores del receptor P2Y12. Estas medicaciones fueron registradas tanto al alta como a los 6 meses, 1 año, 3 años y 5 años post angioplastia.
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Al alta, solo un poco más de la mitad de los pacientes (58.3%) se fue recibiendo todas las medicaciones. La indicación al alta de estatinas, B bloqueantes e inhibidores de la enzima de conversión / bloqueantes del receptor de angiotensina cayeron del 89%, 84.9% y 72.2% al 72.7%, 67.9% y 57.9% respectivamente a los 5 años.
La prescripción de inhibidores del receptor P2Y12 cayó del 96.5% al alta a 28.3% a los 5 años, con una clara caída al año del procedimiento.
El uso de cada clase de medicación y sus combinaciones se asoció con una reducción significativa en la tasa de eventos mayores (muerte, infarto, stroke o revascularización repetida).
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De todas las drogas, fueron las estatinas aquellas que generaron el mayor impacto (HR, 0.77; IC 95% 0.75–0.79; p<0.0001) seguida por los inhibidores del receptor P2Y12 (HR, 0.82; IC 95% 0.79–0.85; p<0.0001).
Algo que tampoco pasa desapercibido es la alta tasa de nuevas revascularizaciones en aquellos pacientes que continuaron recibiendo todas las drogas hasta los 5 años. Esto podría explicarse de varias maneras: 1) aquellos que se mantuvieron en todas las medicaciones son los que más frecuentemente se realizaron controles y, por lo tanto, detectaron muchas reestenosis clínicamente silentes, y 2) aquellos que continuaron recibiendo todas las medicaciones también podrían reflejar un grupo con anatomía más compleja y enfermedad de múltiples vasos.
Esta evidencia es retrospectiva y con múltiples limitaciones metodológicas, pero no puede pasar desapercibida. No solo es responsabilidad de los Cardiólogos Clínicos la prevención secundaria sino también de los Intervencionistas.
2019-12-24-10-1161-CIRCOUTCOMES-118-005455Título original: Medical Therapy Utilization and Long-Term Outcomes Following Percutaneous Coronary Intervention. Five-Year Results From the Veterans Affairs Clinical Assessment, Reporting, and Tracking System Program.
Referencia: Joe X. Xie et al. Circ Cardiovasc Qual Outcomes. 2019;12:e005455.
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