Comparado con quienes padecen enfermedad coronaria o cerebrovascular, los pacientes con enfermedad vascular periférica tienen menos chances de recibir medicaciones con probada evidencia como las estatinas (a pesar de tener un riesgo similar o incluso mayor que sus pares).
El mensaje es que debemos ser más activos tanto en la búsqueda de factores de riesgo en los pacientes con enfermedad vascular periférica como en la búsqueda de enfermedad vascular periférica en pacientes coronarios y cerebrovasculares.
Los síntomas de claudicación pueden ser subestimados por los pacientes o los médicos cuando el motivo de consulta es un infarto agudo de miocardio reciente. Del mismo modo, los síntomas de claudicación pueden ser lo suficientemente limitantes como para impedir la aparición de angina de pecho.
Este trabajo, que incluyó casi un millón de pacientes, fue publicado recientemente en el Journal of the American College of Cardiology.
Más de la mitad de los pacientes con enfermedad coronaria (51.7%) se encontraban recibiendo estatinas vs el 43% de aquellos con enfermedad cerebrovascular y solo el 33.9% de los pacientes con enfermedad vascular periférica.
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Incluso en aquellos pacientes con diagnóstico confirmado de enfermedad en los tres territorios sólo el 57% recibía estatinas.
El trabajo nos habla de un tratamiento inadecuado en relación con las guías de la práctica clínica en todo el espectro de enfermedad vascular y no solo en los periféricos.
Los pacientes con enfermedad coronaria fueron los que más eventos presentaron. Sin embargo, aquellos con enfermedad periférica o cerebrovascular mostraron la mayor mortalidad por cualquier causa.
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Todavía existen muchas oportunidades desperdiciadas en los pacientes con enfermedad vascular periférica en particular y en todos nuestros pacientes en general.
Título original: Atherosclerotic risk and statin use among patients with peripheral artery disease.
Referencia: Colantonio LD et al. J Am Coll Cardiol. 2020;76:251-264.
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