La presencia de enfermedad coronaria (CAD) coexiste en aproximadamente la mitad de los pacientes con la estenosis aórtica. Estos pacientes que se encuentran bajo tratamiento antiplaquetario presentan un riesgo aumentado de sangrado periprocedimiento, que es una de las complicaciones más frecuentes en pacientes que se realizan TAVI.
Una de las maneras de limitar el riesgo de sangrado es la correcta elección de la anticoagulación durante el procedimiento. En la actualidad los expertos recomiendan la utilización de heparina no fraccionada. Sin embargo, una alternativa potencial que ha demostrado reducir el riesgo de sangrado en pacientes que se realizan ATC, es la bivalirudina que es un inhibidor directo de trombina no reversible y de corta acción.
El objetivo de este estudio multicéntrico, randomizado, controlado, open label fue evaluar el impacto de la CAD en los resultados clínicos luego del TAVI y determinar si la presencia de CAD tuvo un impacto en el efecto terapéutico de la anticoagulación periprocedimiento con bivalirudina vs heparina no fraccionada.
El punto final primario (PFP) fue la presencia de eventos adversos cardiacos (NACE) definido como mortalidad por todas las causas, IAM, ACV, sangrado mayor BARC ≥3b a 30 días post TAVI. El punto final secundario (PFS) incluyó eventos adversos cardiovasculares mayores (MACE) definido como mortalidad por todas las causas, IAM, ACV, insuficiencia renal aguda, complicaciones vasculares mayores y sangrado que comprometa la vida según VARC.
Se randomizaron 801 pacientes, de los cuales el 54.6% tenían CAD y 45.4% no presentaban esa condición. A su vez, luego se los randomizó a bivalirudina y a heparina no fraccionada. La edad media fue de 82 años, y la mayoría eran hombres. Los pacientes con CAD eran más frecuentemente hombres y con sobrepeso. Además presentaban mayor EUROSCORE log y mayores comorbilidades como anemia, enfermedad arterial periférica y baja fracción de eyección.
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En cuanto a los resultados, no hubo diferencias en NACE (15.3% vs. 14.6%,p = 0.761) o sangrado BARC ≥3b (8.9% vs. 10.2%, p = 0.551) a 30 días entre los pacientes con o sin CAD. La tasa de IAM fue más alta en pacientes con CAD (P=0.009) al igual que el desarrollo de insuficiencia renal aguda (P=0.048).
Tampoco hubo diferencias a 30 días en NACE (13.9% vs 16.8%; OR = 0.80, 95% CI: 0.47–1.35) o sangrado BARC ≥3b (7.2% vs. 10.7%; OR = 0.64, 95% CI: 0.33–1.25) entre los pacientes con CAD que recibieron bivalirudina o heparina no fraccionada. Solo se observó un aumento de la tasa de insuficiencia renal aguda en los pacientes que recibieron bivalirudina (22.9% vs. 15%; OR = 1.69, 95% CI: 1.03–2.75).
Conclusión
La presencia de CAD no tuvo impacto en NACE o sangrado periprocedimiento a 30 días luego del TAVI. Así como tampoco hubo diferencia entre la utilización bivalirudina o heparina no fraccionada independientemente de la presencia o no de CAD.
Dr. Andrés Rodríguez.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.
Título Original: Impact of coronary artery disease on clinical outcomes after TAVR: Insights from the BRAVO‐3 randomized trial.
Referencia: Daniel Feldman MD et al Catheter Cardiovasc Interv. 2023;1–10.
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