La insuficiencia tricúspidea (IT) está asociada a una menor sobrevida e internaciones por insuficiencia cardíaca (IC). Las guías actuales recomiendan la cirugía como tratamiento, aunque esta presenta una mortalidad del 8% al 15% a los 30 días. Sin embargo, no mencionan el tratamiento percutáneo, especialmente en aquellos con IT severa y deterioro de la función ventricular derecha.
Recientemente, se han desarrollado diversos dispositivos para el tratamiento percutáneo. De estos, los que realizan el tratamiento borde a borde son los más evaluados, mostrando resultados prometedores en poblaciones de alto riesgo y con múltiples comorbilidades.
A pesar de contar con algunos estudios sobre el tratamiento borde a borde en IT, la evolución y seguridad, especialmente en pacientes con deterioro de la función del ventrículo derecho (VD), siguen siendo un interrogante.
Se realizó un análisis de 262 pacientes que recibieron tratamiento borde a borde en la válvula tricúspide, de los cuales 44 (16.8%) presentaban deterioro de la función del ventrículo derecho (DFVD), definido por un TAPSE <17 mm y un área fraccional del ventrículo derecho (RVFAC) <35%.
La edad media de los pacientes fue de 79 años, el 49% fueron hombres, con un EuroSCORE II de 6.2%. La presencia de hipertensión fue del 84%, diabetes 23.3%, fibrilación auricular 93%, infarto 24%, marcapaso previo 31%, y stroke 10%. El clearence de creatinina fue de 50 ml/min, el NT pro BNP de 2039 y la bilirrubina de 0.9.
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La fracción de eyección del ventrículo izquierdo fue menor en los pacientes con DFVD (56% vs 49%, p<0.001), así como un TAPSE menor (19 vs 13, p<0.001) y RVFAC (46 vs 29, p<0.001). La IT fue severa en el 53%, masiva en el 37% y torrencial en el 10%.
Se implantaron MitraClip en el 36.6%, TriClip en el 36.3% y Pascal en el 7.1%. El éxito del procedimiento fue del 94% y el número promedio de dispositivos por paciente fue de 1.8. En el eco-Doppler realizado a los 4 días del procedimiento, se observó en los pacientes sin deterioro de la función del VD una disminución del TAPSE y del RVFAC (TAPSE, 19.0 vs 17.9 mm; P=0.001; RVFAC, 46.2% vs 40.3%; P<0.001). Esto no se observó en los pacientes con RVFAC deteriorado (TAPSE, 13.2 vs 15 mm; P=0.011; RVFAC, 29.6% vs 31.6%; P=0.14).
A los 30 días, no hubo diferencia en la mortalidad (3.2% vs 2.3%, p=0.99) entre los pacientes con función conservada del VD o RVFAC respectivamente, ni en la incidencia de stroke, conversión a cirugía, sangrado mayor, deterioro de la función renal, derrame pericárdico o necesidad de transfusiones. El 76% presentó una IT ≤2+.
A los dos años de seguimiento, la mortalidad fue mayor en los pacientes con RVFAC deteriorado (56.3% vs 27%, p<0.001), así como la mortalidad cardiovascular (39% vs 14%, p<0.001) y las internaciones por IC (49.1% vs 29.1%, p=0.007). Ambos grupos mejoraron en la clase funcional.
En el análisis multivariado a dos años, se asociaron a la mortalidad el TAPSE, RVFAC, la función ventricular izquierda y el filtrado glomerular.
Conclusión
El tratamiento borde a borde es seguro y factible para la regurgitación tricuspídea en pacientes con deterioro de la función del ventrículo derecho. La declinación de la función del ventrículo derecho se observó en pacientes con función ventricular derecha conservada, pero no en aquellos con deterioro de la función del ventrículo derecho.
Dr. Carlos Fava.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.
Título Original: Outcomes of Transcatheter Tricuspid Edge-to- Edge Repair in Patients With Right Ventricular Dysfunction.
Referencia: Johanna Vogelhuber, et al. Circ Cardiovasc Interv. 2024;17:e013156. DOI: 10.1161/CIRCINTERVENTIONS.123.013156.
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