El seguimiento a largo plazo de los pacientes que recibieron TAVI y presentaron un bloqueo completo de rama izquierda post procedimiento parece tranquilizador. Aunque no es benigno, se asocia a más trastornos de la conducción y marcapasos y a deterioro de la función ventricular.
El seguimiento a largo plazo “asegura parcialmente” las dudas de muchos médicos sobre los nuevos bloqueos de rama izquierda post TAVI.
Si bien groseramente uno de cada 5 pacientes desarrolló alguna anomalía de la conducción, no se observaron diferencias en eventos clínicos a 3 años, incluyendo mortalidad u hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca entre los que tenían nuevo bloqueo de rama izquierda y aquellos que no lo desarrollaron. De todas formas, se observó una mayor tasa de implante de marcapasos y una reducción de la fracción de eyección en aquellos con nuevo bloqueo de rama izquierda (BCRI). Los que requirieron marcapasos lo hicieron fundamentalmente durante el primer año.
La incidencia de BCRI depende del estudio, del tipo de dispositivo, de la técnica de implante, de las comorbilidades del paciente, pero los datos más firmes apuntan a las válvulas auto-expandibles.
Este nuevo trabajo presentado en el EuroPCR 2019 y publicado simultáneamente en “JACC: Cardiovascular Interventions” incluyó 1415 pacientes consecutivos que recibieron TAVI con la válvula balón expandible (Sapien, Sapien XT, o Sapien 3; Edwards Lifesciences) y la válvula auto-expandible (CoreValve o Evolut R; Medtronic) en nueve centros entre el 2007 y el 2015.
El análisis final incluyó 1020 casos luego de excluir 395 por falla en el implante, necesidad de convertir a cirugía, muerte intra-procedimiento o en la mayoría de los casos necesidad de marcapasos durante la internación índice.
El nuevo BCRI ocurrió en 461 pacientes inmediatamente luego de la liberación del dispositivo y de ellos en 212 persistió (20.1%). La incidencia de BCRI fue significativamente más alta con CoreValve o Evolut R.
A 3 años no hubo diferencias significativas en mortalidad de cualquier causa, mortalidad cardiovascular, muerte súbita u hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca entre los que desarrollaron BCRI y los que no.
La diferencia se vio en la tasa de marcapasos (15.5% vs 5.4%; HR 2.45) y esto fue aún mayor durante el primer año del estudio donde superó el triple del riesgo.
La media al implante del marcapasos fue de 8 meses, luego del primer año las tasas resultaron similares entre ambos grupos.
Título original: Long-term outcomes in patients with new-onset persistent left bundle branch block following TAVR.
Referencia: Chamandi C et al. J Am Coll Cardiol Intv. 2019; Epub ahead of print.
Suscríbase a nuestro newsletter semanal
Reciba resúmenes con los últimos artículos científicos
Su opinión nos interesa. Puede dejar su comentario, reflexión, pregunta o lo que desee aquí abajo. Será más que bienvenido.