La enfermedad coronaria, tanto obstructiva como no obstructiva, con frecuencia coexiste con la estenosis aórtica significativa.
La toma de decisiones terapéuticas en este escenario sigue siendo controvertida, no solo en cuanto a la necesidad de tratarla, sino también en cuándo debería abordarse, considerando sus pros y contras.
Diversos análisis han arrojado datos contradictorios, ya que la mayoría de las lesiones son crónicas y estables.
Actualmente, no se ha esclarecido cuál es la estrategia correcta de manera general ni para cada paciente en particular.
Se llevó a cabo un análisis retrospectivo en la Cleveland Clinic, desde enero de 2015 hasta diciembre de 2021, que incluyó a 1,911 pacientes (70.2%) que no recibieron revascularización previa al TAVI. De ellos, 1,342 no presentaban enfermedad coronaria obstructiva (NO), 116 (6.1%) tenían enfermedad coronaria de riesgo intermedio (RI), 199 (10.4%) presentaban alto riesgo (AR) y 164 (8.6%) se encontraban en riesgo extremo (RE).
El Punto Final Primario (PFP) incluyó la muerte por cualquier causa, eventos cardiacos mayores (MACE) y revascularización no planeada.
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La edad media fue de 79 años; los pacientes con enfermedad coronaria eran mayoritariamente hombres y presentaban un STS (Society of Thoracic Surgeons) mayor, así como una mayor incidencia de infarto, fibrilación auricular, hipertensión y enfermedad vascular periférica.
La fracción de eyección fue mayor en aquellos sin enfermedad coronaria (NO).
El acceso femoral fue el más utilizado, mientras que los accesos no femorales se emplearon con mayor frecuencia en pacientes con enfermedad coronaria obstructiva. La válvula E. SAPIEN 3 se utilizó en aproximadamente el 90%.
Durante el peri-procedimiento, no se observaron diferencias significativas en mortalidad, sangrado, infarto, revascularización no planeada, cirugía ni necesidad de dispositivos de asistencia ventricular.
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En el seguimiento a 1.3 años, no se encontraron diferencias en el PFP, ni en mortalidad por cualquier causa o MACE, ni en la necesidad de revascularización no planeada en pacientes con enfermedad coronaria obstructiva y síndromes coronarios agudos.
A los 79 meses de seguimiento, no se observaron diferencias en la mortalidad por cualquier causa ni en MACE, pero sí se evidenció una mayor necesidad de revascularización no planeada en pacientes con enfermedad coronaria obstructiva, incrementándose con la severidad de las lesiones.
Conclusión
El implante percutáneo de la válvula aórtica puede llevarse a cabo de manera segura en presencia de enfermedad coronaria obstructiva crónica, con una baja tasa relativa de revascularizaciones no planeadas y síndromes coronarios agudos al año.
Dr. Carlos Fava.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.
Título Original: Impact of untreated chronic obstructive coronary artery disease on outcomes after transcatheter aortic valve replacement.
Referencia: Ian Persits, et al. European Heart Journal (2024) 00, 1–11. https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehae019.
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