Las nuevas guías Europeas de Hipertensión contrastan con las Americanas

Los Europeos han actualizado sus guías de hipertensión, que ahora presentan diferencias significativas con respecto a las Americanas sobre cómo diagnosticar y tratar a pacientes con hipertensión arterial. Especialmente, la diferencia está en qué tan agresivos deben ser los médicos en bajar las cifras. Todos estos datos los tenemos según un adelanto del documento que se presentó en el “Reunión de Hipertensión en Barcelona” y que próximamente verá la luz formalmente. Muchas de las recomendaciones tienen controversias con las guías Americanas.

Las nuevas guías Europeas de Hipertensión contrastan con las AmericanasDos de los mayores cambios de las guías de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) residen en el énfasis en utilizar al menos dos drogas para iniciar el tratamiento en la gran mayoría de los pacientes y de utilizar esta combinación de drogas en una única píldora para mejorar la adherencia (que en definitiva mejora el control de la tensión arterial).

 

Los Europeos esperan un impacto fenomenal en esta estrategia (usar un sola píldora que combine drogas), que podría lograr controlar las cifras en al menos el 80% de los pacientes.


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En aras de facilitar el trabajo, se seleccionaron las tres mayores categorías de drogas para tratar a la gran mayoría de los pacientes: inhibidores del sistema renina-angiotensina, bloqueadores de los canales de calcio y diuréticos, y finalmente en proporcionar algoritmos simples para facilitar el trabajo a los clínicos y médicos generalistas que no tienen la formación de los cardiólogos.

 

Los expertos esperan dar un golpe dramático a la carga global de la enfermedad con un enfoque diferente a los Americanos. En vez de ser más agresivos en los números y bajar los puntos de cortes, la idea es tratar de simplificar el tratamiento para que todos lo reciban y lo cumplan.

 

Las guías serán publicadas completa y formalmente en agosto próximo en el ESC de Munich, Alemania, pero se esperan diferencias claves con respecto a las guías Americanas publicadas el año pasado.


Lea también: La hipertensión pulmonar basal pre-TAVI no debe contraindicar el procedimiento.


Los Europeos mantuvieron las categorías tradicionales con el grado 1 de hipertensión comenzando a partir de los 140/90 mmHg, mientras que del otro lado del Atlántico bajaron esta categoría a 130/80 mmHg. Para los Europeos, este enorme grupo de pacientes que están en el límite deben recibir indicaciones sobre el cambio del estilo de vida para disminuir el riesgo, pero de ninguna manera ser llamados “hipertensos” y menos recibir medicación.

 

Este grupo entre 130 y 139 mmHg deberían ser tratados solo si tienen enfermedad cardiovascular documentada o un riesgo estimado a 10 años de al menos el 10%.

 

Las guías Americanas recomiendan un objetivo menor a 130/80 para todos. En cambio, los Europeos recomiendan el mismo 130 pero no menos de 120 para los menores de 65 años. Para aquellos mayores de 65 años, incluso con comorbilidades, el objetivo es menos de 140 pero no menos de 130. La prioridad principal -de todas maneras- es menos de 140 mmHg en todos los pacientes. La idea de los Americanos de llevar a los pacientes añosos a un valor de 130 mmHg es para los Europeos demasiado agresivo.

 

Sí coinciden en algo: ambas ponen énfasis en los cambios del estilo de vida (dejar el cigarrillo, disminuir el consumo de sal, moderar el consumo de alcohol, más ejercicio y mantener un peso adecuado). Todas estas medidas son fundamentales, aunque igualmente la mayoría necesitará de medicación farmacológica.

 

Título original: 2018 ESC/ESH guidelines for the management of arterial hypertension.

Referencia: Williams B et al. Presented at: 28th ESH Meeting on Hypertension and Cardiovascular Protection. 2018. Barcelona, Spain.


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