La teoría de no agregar una nueva capa de metal en la arteria sonaba atractiva y fue lo que hizo surgir a los balones farmacológicos como una estrategia para tratar la reestenosis intrastent. “Ya hay un stent previo, solo hay que dilatar y dejar la droga” era lo que decíamos cuando surgió esta tecnología.
El resultado angiográfico es un poco mejor con los stents farmacológicos (DES) de 2° generación que con los balones farmacológicos (DEB) según este metaanálisis actualizado que será publicado próximamente en Am J Cardiol. Sin embargo, los DEB van a seguir teniendo un lugar para tratar la reestenosis intrastent.
El análisis global encontró que los DEB se asociaron con un menor diámetro luminal mínimo en el segmento, pero a la vez una menor pérdida tardía de lumen en un seguimiento a 8.2 meses comparado con los DES.
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Al final lo que importa es si fue necesaria una nueva revascularización, y la realidad es que a un seguimiento de 27 meses los DEB se asociaron más frecuentemente a una mayor revascularización de la lesión blanco (TLR) que los DES (11.4% vs 5.6%; RR: 1.83; IC 95% 1.07-3.13).
Los demás end points, como revascularización del vaso blanco, infarto de miocardio, trombosis del stent, muerte de cualquier causa o la combinación de todos no presentó diferencias entre ambos grupos.
La frutilla del postre fue la falta de aprobación de la FDA para utilizar los DEB en el territorio coronario. Esto con todo lo anterior hacen que los DES de 2° generación sean hoy la estrategia de elección para la reestenosis intrastent, aunque los DEB todavía tienen un lugar. Solo nos falta encontrar el paciente ideal y la lesión ideal para este dispositivo.
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Del otro lado del océano Atlántico los DEB no solo están aprobados para su uso en territorio coronario, sino que además las guías europeas de revascularización miocárdica los consideran equivalentes para tratar la reestenosis (clase I, nivel de evidencia A tanto para los DES como los DEB).
Un meta-análisis previo había incluido 5 estudios randomizados (RIBS IV, RIBS V, TIS, SEDUCE y el estudio DARE). La actualización del presente trabajo incorpora los resultados de dos estudios publicados en el último año (RESTORE y BIOLUX), llegando a un total de 1363 pacientes.
Balones liberadores de paclitaxel fueron usados en todos los estudios vs stents liberadores de everolimus. Solo un trabajo comparó a los DEB con DES de 2° generación liberador de sirolimus.
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Usando los datos de los 7 estudios randomizados los DEB mostraron un riesgo mayor de revascularización de la lesión que los DES al tratar reestenosis intrastent (RR 1.88; IC 95% 1.08-3.20).
Título original: Meta-analysis comparing the frequency of target-vessel revascularization of drug-coated balloons or second-generation drug-eluting stents for coronary in-stent restenosis.
Referencia: Elgendy IY et al. Am J Cardiol. 2019;Epub ahead of print.
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