En la era de las angioplastias coronarias donde los tiempos de revascularización disminuyeron se observó un menor índice de complicaciones mecánicas por infarto agudo de miocardio (IAM) (si bien en algunos registros realizados durante la pandemia por COVID-19 se vio un aumento de éstas debido a importantes retrasos en la consulta).
La comunicación interventricular (CIV) o la ruptura ventricular septal es una complicación de elevada mortalidad, aunque poco frecuente (estima una incidencia de 0.2%). La patología isquémica puede generar alteraciones propias de la isquemia más el compromiso del shunt izquierda-derecha generado por la complicación mecánica. El tratamiento quirúrgico con parche ha sido el único por muchos años. Por su parte, la terapéutica endovascular con dispositivo de cierre es una estrategia válida y en crecimiento durante los últimos años.
Este estudio observacional retrospectivo de un registro del Reino Unido juntó datos de todos los pacientes con CIV por IAM desde 2010 con el objetivo de comparar mortalidad intrahospitalaria y a largo plazo.
Se obtuvieron datos de 362 pacientes tratados por IAM con CIV, de los cuales 231 fueron quirúrgicos (93.4% parche) y 131 con tratamiento percutáneo (64% uso de dispositivo Amplatzer). Los pacientes intervenidos con dispositivos de cierre eran más añosos (72 vs 67 años; P<0.001) y con mayor índice de masa corporal (28 vs 26 kg/m2; P=0.01). Por su parte, los pacientes quirúrgicos, por lo general, presentaron defectos del septum más grandes (18 vs 20mm, P<0.001) y mayor diagnóstico de shock cardiogénico (51.9% vs 62.8%, P=0.044).
El 13% de los pacientes intervenidos requirieron un procedimiento adicional (quirúrgico o percutáneo). A su vez, se evidenció un porcentaje importante de crossover: un 15% del grupo de tratamiento percutáneo requirió cirugía; un 7.4% de los pacientes quirúrgicos requirió tratamiento con dispositivo de cierre.
La mortalidad intrahospitalaria fue del 48.1%, con mayor cantidad de eventos en la estrategia endovascular (55% vs 44.2%, P=0.048), mientras que la mortalidad a 5 años no presentó diferencias significativas (61.1% vs 53.7%, P=0.17). Los factores que se relacionaron independientemente con mortalidad fueron la presencia de shock cardiogénico (aHR 1.97, IC 95% 1.37-2.84; P<0.001) y el abordaje percutáneo inicial (aHR 1.44, IC 95% 1.01-2.05, P=0.042).
Conclusiones
Este estudio demostró que, a pesar de los avances tecnológicos en las últimas décadas, la mortalidad de esta entidad crítica continúa siendo muy elevada, independientemente del abordaje terapéutico que se elija. La comparación entre ambas estrategias presenta sus limitaciones en este estudio por el alto índice de crossover observado. Estos pacientes deberían recibir una terapéutica concreta (quirúrgica o percutánea), ya que la mortalidad solo con el tratamiento médico ha sido cercana al 94%.
Dr. Omar Tupayachi.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.
Título Original: Post-infarction ventricular septal defect: percutaneous or surgical management in the UK national registry.
Fuente: Giblett, Joel P et al. “Post-infarction ventricular septal defect: percutaneous or surgical management in the UK national registry.” European heart journal, ehac511. 17 Sep. 2022, doi:10.1093/eurheartj/ehac511.
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