Este trabajo nos da los pasos a seguir para evitar o al menos disminuir la oclusión de la arteria radial luego de utilizarla como acceso para un estudio diagnóstico o terapéutico.
El acceso radial está incrementando su uso exponencialmente en todo el mundo dado su menor chance de sangrado y de complicaciones vasculares en comparación con el acceso femoral. La oclusión de la arteria radial post procedimiento es la complicación más frecuente que, si bien no tiene ninguna implicancia clínica para el paciente, sí impide una nueva intervención o utilizar la arteria como conducto en una cirugía.
Basados en la evidencia disponible a la fecha los autores nos dan tips fácilmente aplicables y efectivos para prevenir la oclusión radial. Estos tips requieren de algunos dispositivos extra que no siempre resultan costo/efectivos comparado con una torunda de gasa y cinta. Para aquellos operadores que tengan que hacer hemostasia de la “manera barata”, deberán hacer su propia experiencia.
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Pasamos a describir los pasos sugeridos por este documento que utilizan el dispositivo de compresión hemostática probado en los estudios PROPHET y PROPHET II.
- Paso 1: retirar el introductor 2 a 3 centímetros.
- Pase 2: colocar el dispositivo de hemostasia 2 a 3 mm proximal a la entrada en la piel del introductor y ajustarlo o inflarlo para que apriete pero que permita continuar retirando el introductor.
- Pase 3: baja la presión de compresión despacio hasta que se visualice un mínimo sangrado por el orificio.
- Paso 4: volver a aumentar la presión del dispositivo hemostático hasta que sea apenas suficiente para mantener la hemostasia.
- Paso 5: Asegurar que la arteria radial continúa permeable utilizando el test de Barbeau reverso: colocar el oxímetro de pulso en el dedo índice de la mano correspondiente y visualizar la onda de pulso. Comprimir la arteria cubital en la muñeca y observar el comportamiento de la onda de pulso. La ausencia de onda de pulso en el índice indicaría que la compresión a nivel radial es exagerada, por lo que se debe desinflar el dispositivo paulatinamente hasta tener onda de pulso y a la vez mantener la hemostasia.
Aumentar la dosis de heparina con respecto a la utilizada en los procedimientos femorales también ha demostrado disminuir significativamente el riesgo de oclusión. El estudio SPIRIT OF ARTEMIS testeó en estudios diagnósticos la utilización de altas dosis de heparina (100 UI/kg de peso) vs una dosis estándar (50 UI/kg de peso). La tasa de oclusión en la rama con dosis alta de heparina fue del 3% vs 8.1% de la dosis estándar (p<0.001). Esto no aumentó las complicaciones hemorrágicas en ningún sentido. Resultó idéntico el resultado al administrar la heparina endovenosa o por el introductor.
La tercera pata en tratar de maximizar la permeabilidad es disminuyendo el diámetro del introductor. Cuanto menor sean los Frenchs utilizados en el procedimiento, menor será la tasa de oclusión. Esto obviamente va a depender del procedimiento que estemos planeando realizar: una bifurcación compleja del tronco de la coronaria izquierda, una recanalización compleja o la necesidad de un dispositivo de ablación con una oliva de más de 2 mm van a necesitar al menos 7 Fr. Estos procedimientos pueden realizarse perfectamente por acceso radial asumiendo una chance significativamente mayor de oclusión de la misma.
Título original: Best Practices for the Prevention of Radial Artery Occlusion After Transradial Diagnostic Angiography and Intervention. An International Consensus Paper.
Referencia: Ivo Bernat et al. JACC Cardiovasc Interv. 2019 Nov 25;12(22):2235-2246.
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