El shock cardiogénico (SC) en el contexto de la estenosis aórtica presenta una alta mortalidad. Por lo general, a este grupo se le niega la cirugía debido al alto riesgo, y generalmente se someten a valvuloplastia aórtica, lo que resulta en una mortalidad del 33% al 50% a los 30 días, del 70% al año y del 90% a los dos años.
Si bien el TAVI ha demostrado beneficios, solo un pequeño grupo de pacientes recibe este tratamiento en este escenario (1%-4%), y la evidencia es escasa, especialmente con las válvulas de primera generación que se utilizan en su mayoría. Es probable que con la mayor experiencia de los operadores y el desarrollo tecnológico de las válvulas actuales, obtengamos mejores resultados que en series anteriores.
Se realizó un análisis del Registro STS/ACC-TVT que incluyó a 309.505 pacientes consecutivos que recibieron la válvula balón expandible SAPIEN 3 o SAPIEN ULTRA entre junio de 2015 y septiembre de 2020. De estos pacientes, 5006 (1.6%) se encontraban en shock cardiogénico.
El Punto Final Primario (PFP) fue la mortalidad por cualquier causa a un año.
Los pacientes que presentaron shock cardiogénico tenían menor edad (75.5 vs. 78.9, p=<0.0001) y una mayor proporción de hombres. También presentaban una mayor incidencia de hipertensión, diabetes, EPOC, dependencia de oxígeno en el hogar, ACV, deterioro de la función renal, diálisis, fibrilación auricular, enfermedad coronaria, infarto, ATC, cirugía de revascularización miocárdica (CRM), reemplazo valvular aórtico, V-in-V y enfermedad vascular periférica.
La fracción de eyección fue menor, al igual que el área valvular aórtica y el gradiente medio. Además, se observó una mayor presencia de insuficiencia mitral y tricúspide moderada o severa.
El riesgo quirúrgico, analizado mediante el STS, fue mayor en los pacientes con shock cardiogénico (10.7% vs. 4.88%, p<0.001).
El éxito técnico fue mayor en aquellos pacientes que no presentaron shock cardiogénico (96.7% vs. 94.5%, p<0.0001).
A los 30 días, los pacientes con shock cardiogénico tuvieron una mayor mortalidad (9.9% vs. 2.7%; odds ratio (OR), 3.64, intervalo de confianza del 95% (IC) 3.02–4.39; p<0.0001), así como una mayor incidencia de mortalidad cardiovascular, ACV, necesidad de diálisis, complicaciones vasculares mayores, sangrado mayor, fibrilación auricular, ATC y oclusión coronaria.
El PFP al año fue mayor en los pacientes que presentaron shock cardiogénico (29.7% vs. 22.6%; HR, 1.57; IC del 95%: 1.43–1.72; p < 0.001). Además, se observó una mayor incidencia de accidente cerebrovascular (ACV), fibrilación auricular, sangrado mayor, necesidad de diálisis, complicaciones vasculares mayores y ATC en este grupo. No se encontraron diferencias significativas en la necesidad de marcapasos definitivo (9.3% vs. 9.1%), reintervención o internaciones relacionadas al TAVI.
Después de un año, todos los pacientes habían experimentado mejoras en su clase funcional y calidad de vida, sin observarse diferencias significativas entre los grupos.
Los factores predictores de mortalidad fueron la edad, enfermedad vascular periférica, implante de cardiodesfibrilador, necesidad de diálisis, inmunosupresión, clase funcional III-IV, bajo gradiente medio, niveles de albúmina, hemoglobina y calidad de vida(KCCQ)
Conclusión
En conclusión, este extenso registro observacional del «mundo real» demostró la seguridad y eficacia del TAVI en el tratamiento de la estenosis aórtica con shock cardiogénico. Los pacientes que sobrevivieron los primeros 30 días después del procedimiento de TAVI presentaron una tasa de mortalidad similar a aquellos que no experimentaron shock cardiogénico.
Dr. Carlos Fava.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.
Título Original: Outcomes of transcatheter aortic valve replacement in patients with cardiogenic shock.
Referencia: Kashish Goel, et al. European Heart Journal (2023) 00, 1–15 https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehad387.
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