Este pequeño estudio sugiere que un protocolo de uso precoz del dispositivo de soporte ventricular Impella en pacientes cursando un infarto agudo de miocardio en shock cardiogénico podría ayudar a disminuir la mortalidad en esta población.
Sin embargo, algunas cuestiones del diseño del estudio deberían moderar el entusiasmo, principalmente, teniendo en cuenta el costo del dispositivo.
El centro de shock cardiogénico de Detroit se abocó a una identificación precoz del shock para implantar el Impella, incluso antes que la angioplastia primaria y, así, poder reducir las dosis de vasopresores e inotrópicos. Este protocolo con un alto nivel de alarma frente al shock fue aplicado en 37 pacientes alcanzando una sobrevida del 84% al alta. Ninguno de los pacientes que alcanzaron el alta requirió de un dispositivo de soporte ventricular o de trasplante cardíaco.
Los pacientes tuvieron mejor evolución cuando los operadores utilizaron monitoreo hemodinámico invasivo, por lo que la utilización del catéter de Swan-Ganz para guiar la terapia inotrópica y decidir el explante del dispositivo podría ser importante.
Si bien un 84% de sobrevida al alta en el contexto de un infarto en shock cardiogénico es muy impresionante, la falta de un grupo control o de ajuste en ciertas comparaciones limita mucho la fuerza de estos hallazgos, por lo que se deben esperar estudios con más pacientes y con un diseño más estricto para conclusiones más definitivas.
Título original: Outcomes for 15,259 US patients with acute MI cardiogenic shock (AMICS) supported with Impella.
Presentador: O’Neill WW.
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