A pesar de la robusta información que soporta el uso de las imágenes intravasculares durante las angioplastias coronarias, su uso en la práctica clínica continúa siendo muy bajo. Este trabajo propone incorporar un algoritmo práctico para la toma de decisiones en cada paso del procedimiento y así poder ganar utilización.
La tasa de falla del stent no ha cambiado significativamente en los últimos años a pesar de las múltiples tecnologías que se han incorporado en el diseño de los struts y en el tipo de polímero.
Mejorar los resultados parece que no va a depender de un nuevo y mejor stent sino de una depurada técnica de implante. Es aquí donde se hacen fundamentales las imágenes intravasculares que ya deberían ser un estándar de tratamiento.
Tanto el ultrasonido intravascular (IVUS) como la tomografía de coherencia óptica (OCT) pueden ser usados de manera indistinta en la mayoría de los escenarios clínicos, aunque tienen diferencias notables. Ambas tecnologías permiten el co-registro con la angiografía y las mediciones funcionales.
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Algunos ejemplos específicos donde la utilización de una tecnología tiene claro beneficio por sobre la otra.
- Tronco de coronaria izquierda: el IVUS supera al OCT en evidencia y también en practicidad, permitiendo evaluar tanto la bifurcación como el ostium.
- Lesiones ostiales: el IVUS es claramente de elección. La necesidad de inyectar contraste para tener imágenes claras en el OCT se ve dificultada por no poder intubar el catéter guía.
- Re-estenosis intrastent: ambos son de utilidad con el OCT como ganador con imágenes mucho más nítidas para definir mala aposición o falta de cobertura de los struts.
- Calcio: ambos son de utilidad, con el OCT de nuevo como preferido por su altísima resolución.
- Oclusiones totales crónicas: el IVUS es de mayor utilidad para dirigir la guía a la verdadera luz.
- Dimensionar el stent y optimización: ambos son muy útiles. El área luminal mínima intra stent es el mayor predictor de eventos y ambas tecnologías permiten medirla y optimizarla.
- Ruptura de placa y trombosis: el OCT es claro ganador para encontrar la lesión culpable en los síndromes coronarios agudos. La posibilidad de observar la ruptura de placa, medir el grosor del cap, ver la inflamación, etc son ventajas a favor del OCT.
- Insuficiencia renal crónica: la necesidad de inyectar contraste y la limitación en la longitud de los pull backs dejan fuera de competencia al OCT en los pacientes con deterioro renal.
Mas allá de las diferencias entre ambas tecnologías y de la disponibilidad de una u otra en cada servicio, lo más importante es utilizar alguna. Las imágenes intravasculares se muestran como la mayor esperanza en este momento para mejorar los resultados de las angioplastias.
Título original: Intravascular Imaging-Guided Percutaneous Coronary Intervention. A Universal Approach for Optimization of Stent Implantation.
Referencia: Evan Shlofmitz, DO et al. Circ Cardiovasc Interv. 2020;13:e008686. DOI: 10.1161/CIRCINTERVENTIONS.120.008686.
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