Las lesiones en bifurcaciones constituyen aproximadamente el 20% de los procedimientos de angioplastia coronaria (ATC) y siguen siendo un desafío en términos de la estrategia a seguir: cuántos stents usar, cuál es la estrategia más conveniente y cuándo pasar de un solo stent a dos durante el procedimiento. Además, se sabe que el uso de dos stents en estas lesiones se asocia con una mayor tasa de reestenosis y un mayor riesgo de eventos adversos.
La evolución de estos casos en un contexto de género complejo no ha sido ampliamente analizada, y a menudo se encuentra que el número de mujeres incluidas en estudios es reducido.
En este sentido, se llevó a cabo un análisis del Estudio e-Ultimaster, que incluyó un total de 37,198 pacientes. Para este análisis se tomaron 4,006 pacientes, de los cuales 946 eran mujeres y 3,064 hombres, todos con lesiones en bifurcaciones, ya sean verdaderas (según la clasificación de Medina 0.1.1, 1.0.1 y 1.1.1) o no verdaderas (clasificadas como Medina 0.0.1, 0.1.0 y 1.0.0). En todos los casos, se utilizó el stent Ultimaster.
El punto final primario (PFP) se definió como la muerte cardíaca, infarto en el vaso tratado y revascularización del vaso tratado guiado por criterios clínicos a los 12 meses.
Se observó que las mujeres tenían una edad promedio mayor (69 años versus 64 años; p < 0.0001) y una mayor prevalencia de hipertensión y dislipemia, pero una menor incidencia de infarto previo, angioplastia coronaria transluminal percutánea (ATC) y cirugía de revascularización miocárdica (CRM). La diabetes tenía una prevalencia similar en ambos grupos.
Lea tambien: MITRAL Trial, resultados a 5 años.
En el grupo de mujeres, se trataron menos lesiones y se les implantaron menos stents, especialmente en las bifurcaciones de la arteria circunfleja. No hubo diferencias significativas en cuanto a la clasificación de Medina de las lesiones, ni en la decisión de usar uno o dos stents. Las técnicas más utilizadas para el implante de dos stents fueron T-stent, seguido de TAP, Culotte, Crush stent, Kissing stent y V-stent. Aunque la utilización del beso final fue similar en ambos grupos, las mujeres recibieron más a menudo tratamiento con balón de oclusión parcial (POT).
Al analizar el seguimiento al año, se encontró que el PFP era similar en mujeres y hombres (5.3% versus 4.7%, RR 1.12 (95% CI 0.81−1.54), p = 0.50). No se observaron diferencias significativas en cuanto a la muerte cardíaca, infarto en el vaso tratado y revascularización del vaso tratado guiado por criterios clínicos. Además, tras realizar un ajuste de propensión, no se encontraron diferencias en el PFP (5.5% vs. 5.2%, RR 1.05 (95% CI 0.77−1.44), p = 0.75), ni en otros eventos adversos.
Conclusión
En resumen, en este estudio contemporáneo y basado en datos de la «vida real» sobre ATC en lesiones de bifurcaciones, no se encontraron diferencias significativas en la estrategia de implantación de stents entre hombres y mujeres, y la evolución a un año fue similar en ambos grupos.
Dr. Carlos Fava.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.
Título Original: Sex‐based treatment and outcomes for coronary bifurcation stenting: A report from the e‐ULTIMASTER registry.
Referencia: Gemina Doolub, et al. Catheter Cardiovasc Interv. 2023;102:430–439.
Suscríbase a nuestro newsletter semanal
Reciba resúmenes con los últimos artículos científicos